Hasta ahora conocíamos a los ‘lobbies’ como grupos de presión que buscaban influir sobre la clase política para salvaguardar mediante privilegios, sus respectivos intereses. Generalmente éstos se localizan en el sector financiero, inmobiliario, energético etc. Sectores sistémicos con gran posición en la economía. La forma de actuar de estas personas ‘oscuras’ es hacer de abogado de la empresa a la que pertenece, llamando a quien tenga que llamar, presionando al político que sea necesario, e incluso con donaciones o comisiones porcentuales a cambio de ciertos privilegios legislativos o monetarios.
De facto, este tipo de colectivos son la clara evidencia del mercantilismo político o capitalismo de amiguetes en el que vivimos hoy. No hay independencia del Estado ni de las empresas. Por un lado, en España, el gobierno impide la libre empresa y la competitividad entre ellas, y por otro, éstas (generalmente las del IBEX 35), se alimentan del Boletín Oficial del Estado. Empero este tipo de grupos no nacen por el deseo constante de alimentar sus objetivos por parte de los políticos. Más bien es por el excesivo poder que tiene la burocracia, en el que cualquier decisión que toman afecta y mucho, al curso de la economía. Por eso, surgen estos asediadores con el fin de defender lo suyo donde no son capaces de competir en una economía libre.
Lo que no sabíamos y no hemos conseguido predecir es, que en la última década ha surgido un grupo novedoso de influencia, los lobbies fiscales. Estos, son muy diferentes a los primeros, al menos en el tipo de favores que solicitan. Hasta hoy, los lobbies negociaban con los burócratas ayudas legislativas, subvenciones, puertas giratorias… Hoy nos encontramos con un grupo de presión que exige algo muy directo, privilegios en materia de impuestos.
Hace un par de semanas, el diputado de Podemos Juan López de Uralde, publicó en su cuenta de Twitter un tuit mostrando su satisfacción por la aprobación del Congreso a favor de bajar el IVA Veterinario del 21 al 10%. En el tuit aparecía unas declaraciones suyas en el Congreso que decían lo siguiente: ‘La subida del IVA Veterinario ha provocado el cierre de clínicas veterinarias y la pérdida de empleo’. Y no puede tener más razón. Así es, la subida del IVA al 21% ha provocado el cierre de clínicas veterinarias, pero no sólo éstas. Esta subida del impuesto al consumo también ha provocado que cierren talleres de coches, tiendas de ropa o electrodomésticos, ferreterías etc.
¿Por qué un veterinario o un cantante tiene más derecho a tener bajos impuestos que un señor que compra y vende camisas en tu calle? ¿Por qué tienen que tener privilegios fiscales ciertos sectores de la economía? ¿Por qué no se bajan los impuestos a todos por igual? Estas cuestiones no se escuchan en los debates de bares, ni parece que se escucharán.
Para que una economía prospere tienen que haber impuestos bajos para todos los sectores sin privilegios ni castigos a ningún sector en concreto. Los lobbies fiscales existen, están en pleno proceso de expansión, es nuestro deber denunciarlos públicamente y señalarles con el dedo.
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