Esta es la continuación de mi artículo anterior enumerando algunas ideas sobre política y gobierno que la mayoría de la gente ha aceptado por fe, a pesar de ser manifiesta y demostrablemente falsas.
Mito # 8: “Que vivas aquí implica que estás de acuerdo con esto”
Refutación: El llamado argumento del “contrato social” dice que, por el mero hecho de vivir dentro de la jurisdicción territorial de cierta clase dominante, uno “acuerda” acatar cualquier regla que aquellos en el poder tilden de “ley”. Un contrato propiamente dicho es un acuerdo mutuo explícito y específico. Es absurdo llamar “contrato” a algo donde una de las partes puede decidir arbitrariamente qué cuenta como el “consentimiento” de la otra parte a obedecer ciertas normas. Sostener lo contrario equivale a decir que sería válido y correcto que cualquier pandilla o mafia te dijeran: “Dado que vives dentro de lo que consideramos nuestro territorio, ello implica que estás de acuerdo en que hagamos contigo lo que queramos”.
Mito # 9: “Tierra de libertad”
Refutación: El lugar conocido como los Estados Unidos es en la actualidad mucho menos libre de lo que era incluso bajo el control de un monarca. La lista de quejas contra el rey Jorge III enunciadas en la Declaración de Independencia son triviales en comparación con lo que actualmente le inflige diariamente al pueblo americano su “propio” gobierno. Los Estados Unidos no son el país más libre del mundo, ni económica ni socialmente. Varios análisis detallados de estos temas pueden encontrarse fácilmente en la red. Más importante, la libertad no se mide por decidir cuál de los amos es menos sádico y dominante, cuál fustiga y sobrecarga menos a sus esclavos. No hay esclavos libres. La libertad tampoco se mide comparando qué clases dominantes son relativamente menos opresivas que otras. Los “países libres” no existen, ya que la palabra “país” significa la jurisdicción territorial controlada por una clase dominante coercitiva.
Mito # 10: “Nosotros somos el gobierno”
Refutación: Esta afirmación es obviamente falsa. Es el equivalente de una víctima de secuestro diciendo que ella es la secuestradora. Si uno es realmente incapaz de distinguir entre, por una parte, él mismo, y por otra, el grupo de personas que le exigen tributo y obediencia bajo amenaza de violencia, tal persona es literalmente delirante.
Mito # 11: “La ley de la tierra”
Refutación: La realidad literal es que aquello que se nos enseña a contemplar como “la ley” no procede de “la voluntad del pueblo”, ni de “la patria”, ni de cualquier otra fuente vaga o abstracta. La “ley” (la legislación humana) consiste simplemente en mandatos oficiales, es decir en órdenes procedentes de los políticos legisladores y respaldadas por amenazas explícitas de violencia. Que a los demás se nos permita formular peticiones, quejas o ruegos a los políticos para que cambien esas “leyes” no significa en modo alguno que sea el pueblo, o la “nación”, de quien proceden tales “leyes”.
Mito # 12: “El gobierno de la ley”
Refutación: Es común el refrán de que los estadounidenses tienen la suerte de vivir bajo el “gobierno de la ley” y no bajo el “gobierno de los hombres”. Sin embargo, dado que todas esas “leyes” no son más que amenazas y exigencias escritas y emitidas por seres humanos, tal distinción es completamente irrelevante.
Mito # 13: “El debido proceso”
Refutación: La idea de que se nos debe proporcionar un “debido proceso” legal antes de que se nos pueda privar de nuestra libertad o propiedad (como indica la Quinta Enmienda) está vacía y carece de sentido en tanto que las “leyes”, los procedimientos, las burocracias, las fuerzas del orden y los tribunales que deciden tales cosas son creados y controlados por el mismo grupo de gente que nos quita nuestra libertad y propiedad. Es el equivalente de una banda callejera diciendo: “Hemos revisado cuidadosamente nuestras propias acciones y hemos determinado que teníamos derecho a robar su coche, a robar su billetera y a golpearle; estábamos haciendo cumplir la ley y le hemos tratado como es debido”.
Mito # 14: “Gobierno”
Sí, el propio concepto de “gobierno” es mitológico. Equivale a creer en el “Derecho Divino de los Políticos”: la idea de que varios documentos y rituales pseudorreligiosos, (como las constituciones y las elecciones) pueden otorgar a un grupo de meros mortales el derecho a gobernar por la fuerza a todos los demás. No es más racional o legítimo que el viejo concepto del “Derecho Divino de los Reyes”. La única diferencia es que la versión moderna utiliza una retórica y mitología más sofisticadas (como ilustran todos los ejemplos anteriores) para que parezca legítima, moral y necesaria. Pero no lo es, como es fácil demostrar.
Casi todos los demás términos conectados con “gobierno” (“ley”, “regulación”, “crimen”, “legalidad”, etc.) son igualmente artificiales e ilegítimos. En el siguiente y último artículo de esta serie presentaré varias pruebas lógicas independientes que demuestran que cualquier idea de “autoridad” política (la noción de que un individuo o grupo tiene el derecho moral de gobernar, y por tanto todas las demás personas tienen la obligación moral de obedecer) es ilógica hasta el punto de la locura, inherentemente inmoral y horriblemente peligrosa.
(Artículo original inglés aquí), traducido por Francesc Garcia-Gonzalo
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