Recientemente el INE nos ha presentado sus estimaciones demográficas para el futuro y los datos no son nada esperanzadores: la población mayor de 65 años se incrementará en casi 5 millones y medio en los próximos 50 años, lo cual mata cualquier posibilidad de sostenibilidad del sistema actual de pensiones públicas. Mientras la población española pasará de los aproximadamente 46,5 millones actuales a unos 41 millones en la próxima mitad de siglo.
Además, este aumento de pensionistas no se verá compensado por un aumento de los trabajadores y jóvenes, que no solo deberían ocupar los puestos que dejen, sino que deberían incrementar los trabajos actualmente existentes para equilibrar la balanza ante este masivo crecimiento de las personas con derecho a cobrar una pensión. Pero esto no ocurrirá, ya que las personas mayores de 65 años pasarán de representar el 18,7% actualmente a un 34,6% en 2066, mientras que la gente en edad de trabajar (17-65) se reducirá del 65% en 2016 al menos del 55% en 2066.
El argumento de que los emigrantes podrán salvar esta situación tampoco parece muy viable, ya que, aunque se espera un incremento de los emigrantes en los próximos años, y según sus proyecciones tendremos una ganancia neta de población debida a migraciones de casi 3,1 millones de personas en los 50 próximos años (los cuales suelen estar en edad de trabajar), estos serán incapaces de suplir el aumento de las defunciones, que alcanzara los 595.979 en el año 2065. A lo que hay que añadir que estos emigrantes suelen cobrar menores salarios que los residentes y por lo tanto cotizan menos, mientras que los nuevos pensionistas tenderán a tener mayores pensiones al haber cotizado con mayores salarios y durante mayores periodos de tiempo que los actuales.
Por ello, cada vez nos acercamos más hacia una España progresivamente más despoblada. Si en la actualidad tenemos 91,77 personas por km2 , la cual ya está por debajo de la media de la Unión Europea (120,26), en 2066 será de 81,16. Esto es debido a que nuestra población en ese periodo de tiempo perderá una media 107.395 personas por año, lo cual no se frenará en ningún momento, sino que tendera a incrementarse en los siguientes años.
Por todo esto debemos avanzar hacia un sistema de capitalización privado, ya que la burbuja de las pensiones cada vez es más grande y el sistema colapsará en cualquier momento (la hucha de las pensiones ya se estima que se vaciará en 2017), y si aun teniendo una ratio de 2 trabajadores por cada pensionista tenemos problemas, imagínense cuando en 2066 tengamos un ratio 1 por 1 en el mejor de los casos. El problema demográfico no es más fácil de resolver, ya que no parece que la población española vaya a aumentar repentinamente su natalidad, sino todo lo contario, y unas fronteras totalmente abiertas serían incompatibles con algunos tratados de la UE, por lo cual, una de las pocas soluciones posibles sería conseguir un mayor porcentaje de la población emigrante que ya entra en la UE, de forma que nos debemos convertir en un foco de atracción de capital humano, lo que se logra con una economía boyante y que ofrezca grandes oportunidades, cosa de la que estamos muy alejados. Por eso, debemos aprobar reformas que liberalicen la economía y permitan el desarrollo de nuestro país.
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