En décadas recientes, India se ha convertido en protagonista de la política global, representando a un poderoso bloque de economías emergentes que se caracterizan por altas tasas de crecimiento y una reserva ilimitada de capital humano. Desempeña un papel crucial a la hora de influir en los mercados internacionales, ya que sus fronteras abarcan no solo algunas de las mentes más brillantes en una amplia variedad de especialidades, sino también un mercado cada vez menos restringido que da la bienvenida la innovación y celebra la novedad. Sin embargo, esta transformación histórica vino como reacción a siglos de explotación colonial, seguidos por un grave estancamiento en las décadas posteriores a la independencia. Al final del siglo XX, la economía India adoptó la reforma indispensable y casi inevitable que llevó a un mayor desarrollo económico.
Antes de esta reforma económica, el país sufrió un creciente desempleo, una aguda inflación y un estancamiento de las actividades económicas. El gobierno seguía un sistema de planes quinquenales que dictaban el flujo de fondos a sectores individuales. La mayoría del gasto público se desviaba al sector agrícola, ya que este constituía la mayoría de las exportaciones de la nación. La inflación llegaba a los dobles dígitos y afectaba gravemente a los sectores más pobres de la sociedad. La tasa de crecimiento anual del PIB era lamentable, mientras que las exportaciones e importaciones constituían una porción mínima del PIB general.
La nueva política industrial, 1991
En 1991, el ministro de finanzas, Dr. Manmohan Singh, propuso una política innovadora que redefinió la naturaleza de las finanzas públicas en la India. La política “LPG” se basaba en tres pilares: liberalización, privatización y globalización. El objetivo de la política era abrir la economía india al mercado exterior para estimular la inversión y el crecimiento. Bajo esta política, el gobierno redujo el número de industrias reservadas al sector público de diecisiete a solo tres. Durante los años anteriores a la reforma se siguió un sistema de “licencia raj” (traducido como “gobierno de la licencia”) que comprendía un mecanismo complejo de regulaciones que había que seguir para hacer negocios en el país. Sin embargo, después de 1991, el sistema de “licencia raj” fue remplazado por desregulación, lo que hizo más fácil a las empresas extranjeras hacer negocios en India. Se redujeron los tipos arancelarios para estimular el comercio global y se permitió la inversión extranjera directa en diversos sectores, incluyendo banca, seguros, venta al por menor y muchos más.
El siguiente gráfico muestra los cambios en la economía india como consecuencia de la “Nueva Política Económica” de 1991. Puede verse que en el periodo después de 1991, la tasa de crecimiento del PIB mostró una tendencia al alza, mientras que la inflación se redujo constantemente. La porción de las exportaciones en el PIB también mejoró, mientras que la inversión directa extranjera aumentaba gradualmente.
Fuente: Indicadores de desarrollo del Banco Mundial, Banco Mundial.
Reformas del mercado laboral y movilidad de capital
El gobierno dio pasos activos para reestructurar el mercado laboral y mejorar la movilidad del capital para crear un clima propicio para la inversión. El mercado laboral puede dividirse en dos segmentos sobre la base de de la institucionalización: el sector formal y el sector informal. En la India, aproximadamente el 90% del empleo está en el sector informal y este sector contribuye en más del 50% al PIB. Las organizaciones prefieren mantenerse en el sector informal debido al alto coste de formalización. El proceso de institucionalización incluye una serie de costes del cumplimiento y regulaciones procedimentales. Además de esto, las estrictas regulaciones del mercado laboral desincentivan a los inversores extranjeros, ya que aumentan el coste de la mano de obra. Para erradicar este problema, el gobierno presentó una serie de reformas del mercado laboral que empezaban con la desregulación para aumentar la facilidad de hacer negocios dentro del país.
La movilidad de capital se refiere a flujo de capital a través de las fronteras. Con una convertibilidad perfecta de la cuenta de capital, puede lograrse una integración financiera junto a una reducción en el coste de adquisición de capital. La cuenta de capital india se hizo más flexible al rebajar las restricciones de flujos de entrada y salida de capital. Actualmente, la rupia es parcialmente convertirse en la cuenta de capital, pero el banco central confía en lograr una movilidad perfecta en un futuro cercano. El crecimiento constante del indicador SENSEX atestigua que la India se ha convertido en más receptiva a intercambios en los mercados de capitales con el resto del mundo en forma de inversiones institucionales y directas.
Fuente: Indicadores SENSEX, Bolsa de Bombay.
El impacto de las reformas económicas
El impacto de las reformas económicas fue equivalente a un terremoto, ya que abarcó todos los sectores de la economía. La India pronto se convirtió en un mercado líder para multitud de productos extranjeros en forma de productos de consumo e inversiones que iban de la venta al por menor a la tecnología de información. Se introdujeron cadenas extranjeras en el sector de los medios de comunicación, que estaba reservado originalmente para el gobierno. El sector de las telecomunicaciones se expandió, lo que generó un mayor acceso a la tecnología de las comunicaciones. La disponibilidad de mano de obra barata llevó a numerosas empresas extranjeras a externalizar trabajos en el mercado indio, lo que potenció consecuentemente las tasas de empleo nacional. Se permitió a las grandes multinacionales establecer filiales en la India, que inundaron el mercado con una variedad de bienes de consumo de calidad a precios competitivos.
La entrada de inversiones extranjeras generó un crecimiento del consumismo en la India, ya que los beneficiarios últimos de dichas medidas de liberalización fueron los residentes nacionales del país. Ahora podemos obtener los beneficios de productos de calidad a precios baratos y servir como mercado primario para marcas extranjeras en diversos sectores, como ventas por menor, automóviles y proveedores de servicio. La economía abierta abrió la vía a la introducción de grandes empresas extranjeras que facilitaron métodos de producción más baratos, tecnologías más eficientes y, lo que es más importante, dotaron al consumidor del privilegio de “elegir”. Los productores nacionales se vieron obligados a competir con estos estándares superiores y recibieron consecuentemente un mayor impulso para innovar y adaptarse al entorno empresarial cambiante. A través de la integración del mercado nacional con el mercado global, tanto productores como consumidores se beneficiaron de un mayor acceso a la tecnología y la conectividad, así como de precios más baratos, además de otros beneficios como mayor empleo y niveles de vida más altos.
Aunque se habla cada vez más de limitar el libre comercio en el mundo desarrollado, la India sirve como ejemplo sorprendente de un mercado emergente que ha superado las cadenas del proteccionismo y se encamina a convertirse en una poderosa economía global.
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