jueves, 8 de septiembre de 2016

Acerca de cómo te roban los amiguetes del Estado invisible, por Mises Hispano.

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2845760-1000-1464230866-castle-in-irelandDe expansión por Irlanda

Dunmore East, Irlanda – Vinimos descendiendo por la costa desde Dublín a visitar nuestro nuevo edificio de oficinas. Para esta visita, queríamos alojarnos en un sitio diferente al que utilizamos normalmente. Así que elegimos un pequeño hotel en la costa, llamado el Strand Inn. Es un excelente lugar para disfrutar del marisco y del pan sin levadura en un día lluvioso. Más tarde, puedes ir al bar, tomarte tus copas y cantar canciones tristes de los difuntos héroes irlandeses. Irlanda tiene una población alfabetizada y educada. Es un país agradable … bonito … y tiene un impuesto sobre la renta de sociedades bajo. De modo que nos estamos expandiendo aquí.

Al parecer, las empresas eluden pagar impuestos trasladando sus oficinas centrales o su tecnología al extranjero. Nosotros hacemos lo mismo, pero nunca hemos sido capaces de averiguar cómo conseguir ahorrar con ello algún dinero en impuestos.

Los propietarios acaban pagando impuestos en su país de origen. Y los estadounidenses pagan impuestos en él sin que en realidad importe donde ganan el dinero. En cualquier caso, compramos una gran mansión del siglo XIX tras el estallido de la burbuja inmobiliaria de Irlanda —lo que redujo los precios medios de la vivienda en más de un tercio—.

Parecía una buena oferta. Pero cada inversión inmobiliaria que hemos realizado ha resultado costar más y llevar más tiempo de lo que imaginamos. Esta vez no es una excepción. Aún así, es un local chulo, con gran capacidad, que albergará a más de 150 empleados.

Los irlandeses tienen un acento encantador y comprensible. Muchos de estos empleados estarán contestando llamadas de todo el mundo. Por lo tanto, si nos llama a partir de septiembre, su llamada puede ser encaminada al condado de Waterford.

A lo grande

Ahora, volvamos al Estado profundo o invisible. Gran parte de su crecimiento se registra en las páginas del Código de Regulaciones Federales (CFR). En él se publican todas las leyes que aprueban los gobiernos de turno.

Un privilegio, una rebaja especial de impuestos, por regla general, una prohibición, un poco de carne aquí, un pedazo de carne allá… y pronto los zorros están comiendo a lo grande. Pero lo que constituye carne para los zorros es veneno para la economía.

El incesante crecimiento del Leviatán: el número total de páginas del Código de Regulaciones Federales en el periodo comprendido entre los años 1950 y 2013 (que ha seguido creciendo desde entonces …). No es de extrañar que la economía esté por los suelos —haga clic para ampliar—.

Cada norma requiere papeleo, retrasos, permisos, contables, abogados. No se puede hacer esto … no se puede hacer aquello —con tantos obstáculos en el camino, los empresarios se lo piensan dos veces, disminuye la inversión de capital y la economía se desacelera—.

Cada favor a los zorros supone un robo, se le quita algo a la gente que lo ganó  para redistribuir la riqueza, el poder y estatus a los insiders.

El número de restricciones regulatorias —el gráfico es un poco anticuado, pero muestra la tendencia bastante bien—. Hubo una vez un tiempo en que ninguna de estas restricciones existía. Uno se pregunta: ¡Cómo es posible que el mundo se las arreglara para seguir dando vueltas!

Partiendo de menos de 25.000 páginas cuando el presidente Eisenhower dejó la Casa Blanca, el CFR ahora cuenta con cerca de 200.000 páginas —cada una de ellas es un panal de rica miel para los amiguetes del Estado invisible—. ¿Y quién se lee ese rollo?

¿Sabéis qué reglas y regulaciones se estáis incumpliendo ahora mismo? La mayoría de la gente está demasiado ocupada ganando su dinero y criando a sus familias para dedicar mucho tiempo al seguimiento de la burocracia federal y sus amiguetes. Pero para las zorras prestar atención a ellas es la esencia de su negocio … y consiguen que el funcionamiento de las normas les beneficie.

Una persona honesta es una gran desventaja.

Normas y Reglamentos

¿Creeis que vais a cambiar este sistema votando por Hillary o por Trump? ¿Demócrata o Republicano? Tal vez, pero no hay evidencia de ello en el CFR. El número de páginas siguió aumentando, año tras año, sin importar quien ocupara la Casa Blanca.

Número de palabras incluido en las regulaciones Dodd-Frank a partir de 2012 (¡Cuando se había terminado alrededor de un tercio de su implementación regulatoria!) ¿El sistema financiero se ha vuelto “más seguro” por ello? En realidad ni un ápice —por el contrario, bien puede ser aún más peligroso ahora—. Las causas fundamentales de la crisis (banca de reserva fraccionaria, dinero fiat y la planificación económica central) han permanecido intactas —hacer clic para ampliar—.

Se añadieron veinticinco mil páginas durante los años de Kennedy y Johnson … otras 25.000 con Nixon y Ford … y otras 25.000 durante los gobiernos de Reagan y George H. W. Bush.

El gasto federal per cápita muestra, en esencia, la misma tendencia alcista casi ininterrumpida —con administraciones Demócratas y Republicanas— de 1952 a 2016.

Bajo el presidente Eisenhower, el gasto interno discrecional por persona fue de menos de 500 dólares. Hoy en día es de más de 4.500 dólares. Al igual que el Código Federal, el gasto real por persona ha aumentado cerca de nueve veces en los últimos 64 años.

Las normas fiscales federales —de 400 en 1913 a 74.000 en 2012 ¡Tan solo el costo de cumplimiento asciende a 160 mil millones de dólares al año! Así que ¿Por qué hay tantas reglas en vista de este inmenso despilfarro? En realidad es todo cuestión de amiguismo. Es por ello que las propuestas dirigidas a “simplificar la legislación tributaria” no llegan a ninguna parte. Las democracias reguladoras de hoy en día son poco más que granjas de impuestos —y en ellas al ciudadano medio le cumple el papel de res, de animal bovino—.

Hubo dos presidentes con los que el gasto público descendió —Ronald Reagan y Bill Clinton—. Imagínaros. En ninguno de ambos casos, sin embargo, permanecieron bajos por mucho tiempo. Una vez estuvieron fuera Reagan y Clinton, los zorros se pusieron a trabajar y rápidamente llevaron el gasto a su vieja línea de tendencia.

¿Qué les pasará a las zorrillas con Donald Trump? ¿O con Hillary? Los beneficios  del 5% superior —los “astutos cinco”— comenzaron a diverger de los beneficios de todo el mundo a mediados de la década de 1970.

Desde entonces, aumentaron al igual que el CFR y el gasto público. Las normas y reglamentos se multiplicaron. El gasto aumentó. Los zorros se enriquecieron; todos los demás se empobrecieron ¿Quienes son los zorros? Algunos dicen que son malvados, astutos, maquinadores y falsos … esencialmente ratas envueltas en abrigos caros.

Todo esto continuó con gobiernos republicanoss y demócratas. Lo más probable es que los zorros seguirán ganando tanto con un gobierno de Trump como con  uno de Clinton.

Lo que aún está por llegar: la insurrección y la rebelión en el rancho …


Este artículo fue publicado originalmente en el Diary of a Rogue Economist, escrita por Bonner & Partners. Bill Bonner fundó Ágora, Inc. en 1978. Desde entonces, ha crecido hasta convertirse en una de las mayores compañías editoriales de noticias independientes del mundo. También ha escrito tres libros de los más vendidos del New York Times: “Financial Reckoning Day“ (“El Día en que tengamos que reconocer el estado de nuestras finanzas“), “Empire of Debt“ (“Imperio de deuda“) y “Mobs, Messiahs anf the Markets“ (“La masa, los mesías y los Mercados“).


Esta es una cortesía repost sindicado de acting-man.com

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