La NSA estaba demasiado ocupada espiando a vuestra familia como para detener al pistolero de Orlando. ¿Pero por qué los clubs nocturnos no controlan a la gente que porta rifles?
Según diversas fuentes, el pistolero de la masacre del sábado en Orlando, Omar Mateen, estaba siendo investigado por el FBI. (Ver la entrevista al juez Napolitano para más información, aquí). Pero, igual que en el caso del 11-S, el FBI mantiene una lista tan larga de tantísima gente que ésta no les dice nada acerca de quién es una amenaza real. Entretanto, se nos ha dicho incontables veces que la NSA debería poder espiar a quien desee para “mantenernos a salvo”. Dado que Mateen ya estaba en la lista de amenazas del FBI, ¿estaba la NSA espiando a Mateen? Y si no, ¿por qué no? ¿Estaba la NSA tan ocupada espiando a miembros de “milicias” en paupérrimos lugares remotos como para preocuparse de controlar a Mateen, que, según muchas informaciones, era un hombre que hablaba a menudo de su simpatía por los terroristas? Resulta cada vez más evidente que la NSA simplemente recoge demasiada información sobre demasiada gente y atiende una red demasiado grande. Lo que hace la NSA es magnífico para chantajear a gente poderosa. Es menos útil para atrapar realmente a terroristas.
También hemos sabido que Mateen trabajaba para una agencia de seguridad “privada” financiada por los contribuyentes que tiene contratos con numerosas instituciones públicas en todo el mundo, incluyendo la CIA. La empresa proporciona a menudo seguridad para edificios federales y probablemente tenga acceso a numerosas instalaciones federales. Sus compañeros de trabajo creían que estaba trastornado.
Básicamente, suena como otra historia de “éxito” de las que nos hemos acostumbrado a esperar del FBI y del gobierno federal de EEUU en general. Los federales mantienen listas enormes de “sospechosos”, pero no hay forma de diferenciar las amenazas reales de gente que se limita a decir cosas. Los federales insisten en que deberían poder espiar a cualquiera, pero ignoran información crucial. Los federales pagan a empresas de seguridad privada que contratan a personas como Mateen.
Entretanto, el gobierno federal insiste en la prerrogativa de regular las vidas de la gente corriente hasta el nivel de a quién pueden contratar, qué tipo de plantas pueden cultivar y, por supuesto, qué tipo de autodefensa pueden conseguir para sí mismos. Los incumplimientos suponen a menudo largas sentencias draconianas de prisión.
Pero estad seguros, el FBI y la NSA indudablemente sin duda “rectificara” la situación cabildeando para conseguir mayores presupuestos para sí mismos y aumentar los sueldos de todos los implicados.
¿Dónde estaba la seguridad privada?
No debería sorprender a nadie que el FBI, otra vez, haya fracasado en el uso de sus poderes ya grandes para impedir un acto importante de terrorismo. Pero seguimos preguntándonos porque le fue tan fácil a un hombre con un arma larga de fuego entrar en un establecimiento privado y disparar a docenas de personas. ¿Realizaba el club Pulse en Orlando algún control en la entrada y permitía entrar a todos?
Por ley estatal, del club Pulse era una “zona libre de armas de fuego” porque la gente con una licencia para portar armas ocultas no puede llevarlas en establecimientos que sirvan alcohol.
En otras palabras, a los dueños del club se les negaba la capacidad de defenderse por medio de una ley estatal. ¿Por qué entonces el club no proporcionaba ninguna seguridad razonable propia?
¿Se esconderá el club Pulse deja detrás de la afirmación de que no podía “preverse” un evento como éste y que por tanto no necesitaban proporcionar ninguna seguridad?
Esa fue la estrategia utilizada por el cine Aurora, donde James Holmes asesinó a doce personas. También en ese caso, no pudo preocupar al cine advertir que alguien había dejado abierta una puerta trasera y han dado hasta su coche para oponerse un chaleco antibalas y volver con varias armas, una máscara de gas y bombas lacrimógenas. Ahora que se han producido tiroteos masivos en diversos tipos de cines (incluyendo el cine de París en el que se disparó a docenas de personas en 2015), ¿seguirán los propietarios afirmando que no hay manera de prever estos hechos?
Los clubs nocturnos han sido objetivos para los terroristas durante muchos años. Se puso una bomba en ll club La Belle, en Berlín, en 1986, con un saldo de 3 muertos y 230 personas heridas. Las bombas de Bali de 2002 (en un club nocturno) ocasionaron 203 muertes. Habido otros casos de ataques con tiroteados de incendios en clubs nocturnos. ¿Era tan “impredecible” un ataque a un club nocturno que no fue un problema conseguir que un hombre con un rifle de asalto accediera a una pista de baile?
Sin duda llegarán las demandas reclamando que el establecimiento en cuestión debería haber proporcionado mejor seguridad. Será interesante ver qué argumentos se emplearán para demostrar que los dueños privados no tenían que adoptar medidas para excluir a terroristas y pistoleros de sus clubs, supuestamente a partir de la base de que dichos eventos son “imprevisibles”. ¿Cuántas bombas y tiroteos en lugares de entretenimiento público deben tener lugar antes de que se considere prudente tomar medidas para prevenir esos eventos?
La seguridad privada se ocupa de amenazas inmediatas y vigila una red mucho más pequeña
De hecho, una seguridad descentralizada y privada es mucho más probable que funcionara realmente (especialmente considerando la “seguridad” proporcionada por la NSA y el FBI) que amplias aproximaciones regulatorias a nivel nacional.
Después de todo, las duras y al amplias leyes de control de armas en Francia no impidieron las masacres de París del 2015. Una seguridad privada más adecuada en el teatro Bataclan de París, por el contrario, podría haber hecho realmente algún bien.
Por desgracia, mucha gente sigue suscribiendo la idea de que los gobiernos pueden “mantenernos a salvo” con leyes de control de armas y programas de espionaje masivo y otros programas masivos a lo largo de toda la nación que tengan como objetivo a toda la población. Estos programas no sólo son extremadamente costosos (tanto en términos de aplicación como de administración) sino que son incapaces de identificar cuándo y dónde se producirán estos actos de violencia. Después de todo un programa nacional que tenga a todos como objetivo, deben monitorizar y regular a 300 millones de personas. Se gastan inmensas cantidades monitorizando, persiguiendo y regulando a personas indefensas. La seguridad privada en un club nocturno solo tiene que regular a la gente que tratar de acceder a ese lugar concreto.
La seguridad privada es prudente incluso cuando personas pacíficas pueden portar armas
Naturalmente, muchos oponentes al control de armas apuntaran que la propiedad privada de armas de fuego es eficaz en proporcionar disuasión tanto directa como indirecta frente al pistolero. Esto habitualmente es verdad.
Sin embargo, extrañamente, muchas de las mismas personas que defienden la propiedad privada de armas de fuego también niegan que los dueños de establecimientos y locales públicos tengan alguna responsabilidad a la hora de asegurar su propiedad frente a bombas y tiroteos. Este punto de vista no sólo es ingenuo, sino que además proporciona munición para los defensores del control de armas que creen que sólo los intentos regulatorios centralizados de los gobiernos pueden proporcionar una seguridad razonable frente a atacantes.
Los usuarios de negocios públicos deberían reclamar que los dueños hayan tomado medidas para impedir que pistoleros con intenciones maliciosas entren en las instalaciones. No todos los ciudadanos (un grupo que incluye a niños y viejos y discapacitados) tienen el tiempo y los recursos para practicar autodefensa con armas de fuego. Igualmente se podría señalar que no toda la gente tiene los recursos para tener formación en otras actividades esenciales, incluyendo el funcionamiento seguro de los automóviles y la construcción de estructuras que no se desplomen sobre nosotros. Aunque algunos aficionados estén formados en esas habilidades, la mayoría de la gente confía en profesionales formados para estos servicios.
Naturalmente, esperamos de los propietarios privados que proporcionen construcciones que sean estructuralmente sólidas antes de que estemos dispuestos a entrar en ellas. Así que, ¿por qué debería ser la seguridad algo tardío?
Sospecho que una de las muchas razones para la desconexión aquí es que la gente tiene una visión nostálgica y fantasiosa de un mundo en el que la seguridad debería hacer algo “dado”, que se proporciona de forma barata y sencilla por alguna institución pública que queda fuera de la vista y fuera de la mente. También hay una visión ingenua de que el gobierno puede prevenir y combatir eficazmente la violencia en todas partes aprobando algunas leyes. Hemos estado condicionados para creer que no tenemos que preocuparnos por cosas como la seguridad ante asesinos cuando vamos a la ferretería. Sin embargo, en el mundo real, es extremadamente importante considerar los costes y beneficios reales de proporcionar medidas de seguridad privada y descentralizada en establecimientos privados. Como ha demostrado de nuevo la masacre de Orlando, confiar en las agencias públicas para la seguridad sencillamente no funciona.
Publicado originalmente el 13 de junio de 2016. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.
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