Un día después del tortasso podemita, los desorientados miembros de su cúpula aún no saben que ha pasado.
Curiosamente, todas las claves de esta debacle ya las había dicho precisamente el mismo que hoy se pregunta qué ha pasado, en efecto, Pablo Iglesias.
Vayamos por partes, todo el movimiento de izquierda, al que prefiero llamar por su nombre real, es decir: socialismo, no es ni de lejos homogéneo. El socialismo es probablemente el grupo ideológico que más ramas tiene, muchas de ellas enfrentadas entre sí, como es el caso del nacional socialismo vs el marxismo.
El socialismo, contrariamente a lo que se cree a nivel popular, no fue inventado por Marx. Si tuviésemos que buscar orígenes históricos a esta rama ideológica tocaría hablar de la secta de los Milenaristas y de los posteriores socialistas utópicos como Charles Fourier (1772-1837) o Robert Owen (1771-1858). De estos socialistas utópicos salen múltiples ramas:
De todas estas ramas que salen del socialismo, es el socialismo marxista la que nos interesa en este caso. La característica principal del marxismo, es su falta de ideas pero su acierto a nivel de imagen.
Las ideas económicas marxistas son totalmente nefastas, si bien, irónicamente Karl Marx pretendió ser quien dotase de carácter científico al socialismo utópico. Son ideas tan nefastas que de hecho Marx publicó el tercer volumen del Capital a título póstumo, precisamente porque sabía que se había equivocado. Los socialistas marxistas han ido cambiando tantas veces de ideas económicas para llegar al poder que incluso los autores marxistas actuales son revisionistas. En ese sentido, se da el caso de que incluso Keynes (cuyas ideas son ahora utilizadas por la socialdemocracia) era alguien que se consideraba a sí mismo como salvador del capitalismo, y que de hecho, militaba en el partido liberal británico.
Por tanto, ¿qué es lo que ha provocado que el socialismo marxista resucite una y otra vez? Su gran capacidad de comunicación. Y es precisamente esta capacidad tanto su gran acierto como su gran enemigo.
Si hay alguien a quien los marxistas deban rendir loas es Antonio Gramsci (1891-1937), el marxismo cultural es lo que ha permitido que el socialismo resurja una y otra vez a pesar de sus constantes fallos.
Este marxismo cultural se caracteriza principalmente por apelar a los sentimientos de las personas e ir construyendo una neolengua que se modifica constantemente para dar sentido a sus aspiraciones políticas. Y, si bien este es su gran acierto, pues les permite ir mutando y adaptándose, aquellos que utilizan el marxismo cultural están sometidos a dichas mutaciones.
La mutación histórica del marxismo cultural que los socialistas marxistas han utilizado en su favor es cuanto menos curiosa, puesto que incluso han utilizado otras ramas del socialismo como el nacional socialismo (haciendo que el espectro derecha-izquierda sea totalmente ininteligible)
Con esto me refiero a que, técnicamente, a niveles teóricos el marxismo real, o el socialismo marxista si lo prefieren, solo ha sido utilizado una vez en la historia por los marxistas. En concreto entre 1918 y 1921 en el llamado Comunismo de Guerra. Para entender esto hay que destacar que el socialismo marxista consiste en varios pasos que tienen como fin lograr el comunismo:
- El primer paso consiste en hacer un marxismo cultural previo que siente las bases ideológicas para que la población apoye la causa marxista
- Posteriormente se lleva a cabo la llamada dictadura del proletariado. Una dictadura socialista que consiste en lo que se conoce como El Socialismo de Estado. Es en esta fase donde la cúpula dictatorial socialista aplica la prohibición coactiva de la propiedad de los medios de producción o bienes de capital
- Una vez que los bienes de producción son públicos se disuelve el estado y se llega al comunismo, el comunismo en este caso es un tipo anarquía (de ahí que en el gráfico aparezcan en el mismo color comunismo, mutualismo y anarcocomunismo)
El Socialismo de Guerra aplicado por Lenin entre el 18 y el 21 en concreto se quedó en el segundo paso. Lenin aprovechó el contexto del final de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) para llevar a cabo medidas que incluían el control gubernamental de todas las fábricas, obligatoriedad del trabajo para los obreros así como prohibición y fusilamiento de los huelguistas, racionamiento de alimentos con las correspondientes requisas a los excedentes agrarios campesinos, control planificado de la economía y eliminación de la propiedad privada.
Esta ha sido la única vez en la historia en la que los marxistas han aplicado el socialismo marxista, y fue una catástrofe. Las consecuencias del comunismo de guerra fueron nefastas en todos los sentidos. Se estima que murieron entre 3 y 10 millones de personas de hambre y frio, los trabajadores se rebelaron negándose a cooperar, siendo famoso el episodio de la Rebelión de Kronstadt (1921), el proceso de la revolución industrial mediante el cual la gente iba del campo a la ciudad de invirtió, perdiendo ciudades como San Petersburgo (Petrogrado en esa época) hasta el 75% de su población, o el 50% en Moscú. Se produjo la mayor caída de producción registrada en la historia hasta la fecha, desplomándose el rublo y volviéndose al trueque.
Eso es el socialismo marxista, el mayor desastre económico que pueda darse en una nación, Lenin no tuvo más remedio que implantar la Nueva Política Económica y es aquí cuando los marxistas sufren su primera mutación, que si bien fue de origen económico fue ampliamente reforzada por el marxismo cultural.
Esta nueva etapa caracterizó por varias características que fueron dándose entre la instauración de la NEP y la subida de Iósif Stalin al poder en 1941:
- La NEP es una mezcla entre sector público y privado, supone una economía mixta que, si bien era obviamente dirigida y controlada estatalmente, permitía cosas como que los campesinos pudiesen vender sus excedentes en el mercado privado
- El estado sigue existiendo, por lo que no se avanza en ningún momento a la disolución del mismo, sigue siendo un socialismo de estado (el paso 2)
- El socialismo de estado marxista, que es principalmente internacionalista, deja de serlo cuando Stalin ordena asesinar en 1940 a León Trotsky, principal defensor de la causa internacionalista. Volviéndose la URSS nacionalista.
La conclusión que podemos sacar de esto es que en esta nueva etapa, los marxistas adoptaron el nacional socialismo, ideología que si bien es parte del socialismo es totalmente contraria a los preceptos de Karl Marx, pues ni es internacionalista, ni tiene como fin la disolución del estado
Por tanto, no solo puede decirse que nunca en la historia ha habido un país comunista, sino que es que esos países tampoco han sido marxistas en el sentido de que se hayan quedado en el paso previo al comunismo (socialismo de estado), sino que han sido fascistas. De ahí que pueda entenderse fácilmente por qué hay tantas similitudes entre los soviéticos a partir de 1941 y los nazis, ambos pertenecen a la rama nacional socialista.
La Guerra Fría supuso que los partidos socialistas occidentales suavizasen sus posturas tanto a nivel económico como social con respecto a las posturas de los países del bloque “comunista”, inmersos todos ellos en la segunda fase o mutación que hemos visto anteriormente. La tercera vía se consolidaba como una opción real. No era algo nuevo, pues gente como Lenin consideraba a la tercera vía como un reformismo burgués, e incluso Marx la mencionaba como algo utópico. Y sin embargo, esta opción no solo fue imperante en los partidos socialistas europeos, (partidos que en este caso ya no son marxistas, se engloban en la socialdemocracia y el socialismo fabiano (laborismo ingles)) sino que dicha opción se consolidó globalmente como lo más sensato con la caída del muro de Berlín en noviembre de 1989.
Es decir. Por un lado seguía habiendo “comunismos” inmersos en la segunda fase mientras que por otro, occidente estaba inmerso en la tercera vía. Y es en esta dicotomía donde se ha pegado UnidosPodemos el gran tortasso
Podemos, es un partido que parte de imitar a los marxistas “comunistas” (porque en verdad son nacionalsocialistas) de América Latina, y que ha pretendido aplicar ese concepto en occidente donde los partidos hegemónicos socialistas están en la tercera fase o tercera vía, y ni siquiera son marxistas sino socialdemócratas.
Por tanto, podemos ver como si bien se da el caso de que hay un marxismo cultural a nivel global (porque los marxistas, fascistas y socialdemócratas no dejan de ser socialistas todos ellos), ese marxismo cultural se adapta en concreto a cada zona y fase de mutación. En concreto la rama latinoamericana (donde son “comunistas”) y la occidental (donde son socialdemocracias).
Que en América Latina exista una hegemonía de partidos de “comunistas” (siendo Hugo Chávez y ahora Maduro sus principales representantes) no significa que no haya partidos socialdemócratas (en este caso la oposición chavista). En occidente pasa justo al contrario, la hegemonía cultural en España por ejemplo es socialdemócrata, siendo el PSOE el principal partido, pero eso no significa que no haya partidos “comunistas” como Izquierda Unida.
Y, en el intento de unir estas dos facciones y la descoordinación resultante se ha metido Pablo Iglesias el leñazo
El periplo de Pablo Iglesias a mi juicio ha sido el siguiente:
- Comienzan siendo bastante radical (en este caso comunista) y con claras referencias al gobierno chavista (sólo hay que recordar a Monedero preguntándose qué haría Chávez ante ciertas situaciones o las intervenciones de Pablo Iglesias diciendo que democracia era expropiar o que era comunista)
- Sin embargo, aunque Podemos tenga en mente un socialismo marxista de tipo “comunista”, adopta una neolengua con palabras nuevas que eviten sonar igual que el vocabulario utilizado precisamente por “comunistas” en España, como son en este caso los partidos de Izquierda Unida o el PCE. De tal forma, que lo que busca, es dirigirse a un nuevo público joven diferenciándose al mismo tiempo de los viejos “comunismos” españoles. Entre estos nuevos términos de neolengua se encuentran “casta” por ejemplo. Además, hace una crítica bastante fuerte a Izquierda Unida por usar un lenguaje marxista anticuado que no se ha adaptado a las mutaciones del marxismo cultural occidental (que ve al comunismo con miedo y es mayoritariamente socialdemócrata) y que por tanto está condenado a la derrota, en concreto dice:
“Os avergonzáis de vuestro país y de vuestro pueblo. Consideráis que la gente es idiota, que ve televisión basura y que no sé qué y que vosotros sois muy cultos y os encanta recoceros en esa especie de cultura de la derrota. El típico izquierdista tristón, aburrido, amargado…, la lucidez del pesimismo. No se puede cambiar nada, aquí la gente es imbécil y va a votar a Ciudadanos, pero yo prefiero estar con mi cinco por ciento, mi bandera roja y mi no sé qué. Me parece súper respetable, pero a mí dejadme en paz. Nosotros no queremos hacer eso. Queremos ganar. Preocúpate de otra cosa. Deja de estar tan preocupado con las cosas que nosotros hacemos y con lo que nosotros proponemos. Sigue viviendo en tu pesimismo existencial. Cuécete en tu salsa llena de estrellas rojas y de cosas, pero no te acerques, porque sois precisamente vosotros los responsables de que en este país no cambie nada. Sois unos cenizos. No quiero que cenizos políticos, que en 25 años han sido incapaces de hacer nada, no quiero que dirigentes políticos de Izquierda Unida, y yo trabajé para ellos, que son incapaces de leer la situación política del país, se acerquen a nosotros. Seguid en vuestra organización. Presentaos a las elecciones, pero dejadnos en paz. Habéis sido incapaces en muchísimos años de entender lo que estaba pasando, de hacer una lectura coherente. Quedaos en vuestro sitio. Podéis cantar la Internacional, tener vuestras estrellas rojas… yo no me voy a meter con eso. Es más. Hasta puede que vaya, porque a mí eso también me emociona y me gusta, pero no quiero hacer política con eso. Dejadnos vivir a los demás”.
- El socialismo en occidente entre otras cosas es un “lujo burgués”. Las nuevas generaciones de gente de clase alta y urbanita con alto poder adquisitivo están en posiciones lo suficientemente buenas como para poder permitirse auto-realizarse en el sentido de elegir a partidos con ideas aparentemente nuevas que supongan un cambio con respecto al viejo modelo. Por ello puede constatarse como el votante de Podemos comienza ser en su mayoría gente de clase alta o muy alta, con estudios, joven y urbanita.
Este tipo de votante en concreto, es un tipo de votante desencantado con el PSOE, pero no es un votante con la mentalidad marxista o “comunista” del tipo latinoamericano, sino que es un socialista europeo con tendencias socialdemócratas que se asustará si podemos plantea soluciones radicalmente comunistas.
*En estos gráficos del CIS se mide a Unidos Podemos, lo cual no sólo es Podemos en sí
- Ante los múltiples ataques a su política radical y las asociaciones constantes con Venezuela y el gobierno de Maduro, Pablo Iglesias decide no sólo cambiar ciertas palabras de la neolengua que ya usaban desde el principio (dejaron de decir “casta” por las burlas que ello suponía y cambiaron a términos como “los de arriba” o “los poderosos”) y se percata de que si se le asocia a los “comunistas” acabará igual que partidos como Izquierda Unida o el PCE por mucho que inventen nuevas palabras. Por ello, poco a poco, Podemos empieza a suavizar sus posturas diciendo ser un partido que aspira a la socialdemocracia.
- Al mismo tiempo que podemos va suavizando sus posturas políticas diciendo ser socialdemócrata, se alía con IU creándose UnidosPodemos. Bien, si algo deberían haber aprendido en Podemos del marxismo, es que se necesita una figura autoritaria a modo Lenin que consiga que todo funcione como una máquina bien engrasada. Y sin duda el papel de Pablo Iglesias es el de Lenin, poner orden en la “izquierda española” y en concreto, poner orden en su partido y coalición.
Durante mucho tiempo, Pablo Iglesias ha puesto orden es podemos capeando varias rebeliones internas, pero su unión con IU supone un fallo muy grave, y es dejar a Garzón suelto a su aire.
Mientras que Pablo Iglesias ha estado esforzándose por suavizar constantemente la imagen de UnidosPodemos diciendo cosas como que su presidente favorito es Zapatero, que quiere una democracia nórdica o salvajadas como que Marx y Engels eran socialdemócratas…Garzón ha estado por otro lado diciendo que el comunismo es bueno y que si los españoles supiesen lo que es el comunismo lo aceptarían encantados. A este fallo de coordinación gravísimo se ha unido el presidente de Venezuela Nicolás Maduro que se ha metido nada inteligentemente en el tema para decir cosas como que si se presentase en España ganaría.
Podemos ha dado un cambio demasiado brusco del “comunismo” más radical a la más tibia de las socialdemocracias, pasando Pablo Iglesias de decir que no podía usar la bandera nacional a fotografiarse con ella en Colón o cambiando varias veces su programa electoral para suavizarlo.
Estos cambios tan bruscos han asustado al votante de Podemos, no sólo han visto dichos cambios, los cuales parecen indicar que Pablo Iglesias es un lobo con piel de cordero, sino que además han visto cómo su aliado electoral (Garzón) era directamente un lobo.
Cuando viene una manda de lobos a tu puerta sabes lo que hay, y en ese sentido, partidos como IU o el PCE apenas tienen votos en España porque España no es un país “comunista” sino socialdemócrata. Pero cuando te viene un cordero rodeado de lobos hambrientos…entonces tienes más claro todavía que algo huele a podrido en ese cordero, y es precisamente su muerta piel bajo la que se oculta un lobo.
Los votantes de podemos no son precisamente gente tonta, simplemente ignoran lo nefasto de las ideas que defienden, al igual que otros ignoran otras cosas, nadie es omnisciente. Que esa gente haya preferido las políticas podemitas no les hace tampoco malos, muchos son personas que, cansadas de los viejos partidos quieren ayudar a los más necesitados con políticas frescas e ideas nuevas. Y en ese sentido, es totalmente normal que hayan recurrido a Podemos, dado que si por algo se caracteriza el socialismo es por tener políticas que si bien son nefastas, son totalmente vendibles.
Ante la evidencia de que UnidosPodemos ocultaba a una manada de lobos cuyo líder se había disfrazado de Dolly esas personas (que no son tontas y no quieren que les quiten todo) han sabido perfectamente que el supuesto expolio de UnidosPodemos sólo a los más ricos era una farsa, y que a ellas les iba a tocar pagar una cantidad brutal de dinero.
Entre ese miedo, y el desencanto que ya de por si tenían con los partidos tradicionales, es entendible totalmente que UnidosPodemos haya tenido en torno a un millón de abstenciones de los votantes de Podemos.
¿Y qué ha hecho Pablo Iglesias? Cagarla más todavía. Lejos de darse cuenta de que es su discurso de “comunista” radical el que no vende en un país socialdemócrata y que sus votantes no son comunistas sino socialdemócratas desencantados, ha terminado su discurso post electoral con un “hasta la victoria siempre”, lema “comunista” por excelencia.
Podemos ha perdido la oportunidad histórica de aprovechar el desencanto de las nuevas generaciones socialdemócratas con los viejos partidos, de haberse camuflado como socialdemócrata (y digo camuflado porque yo creo que son claramente “comunistas”, y no hay más que ver lo que cantan cuando están borrachos…”ya saben, los borrachos no mienten”) podrían haber alcanzado el poder para luego dar la sorpresa e iniciar su programa radical. Sin embargo se han emocionado, han corrido mucho haciendo cambios bruscos que generan desconfianza y han dejado versos sueltos como Garzón.
Curiosamente, y desde un punto de vista libertario, esto no deja de venir mal debido al cambio que debe realizar el PSOE si quiere salir bien parado de esto.
Hoy mismo, Susana Díaz ha dicho que el PSOE debe alejarse del populismo. En efecto, si bien vimos como la falta de ideas hizo que el marxismo socialista de estado mutase a un mal llamado “comunismo” que consistía en un nacional socialismo, ¿qué pasará cuando mute la socialdemocracia?
Las bases culturales de occidente, si bien se están desmoronando, han influido y siguen influyendo. Cosas como la tradición democrática liberal, la Globalización generada por internet y la inmensa cantidad de información que trae consigo o el libre mercado, han provocado que occidente y la cultura occidental evolucione hacia un mayor aumento de las libertades, tanto a nivel social como económico.
El derecho es una institución evolutiva que ha surgido de forma no deliberada en todo el mundo, evolucionando en un proceso ensayo error constante. Pero si algo cabe destacar, es que ha surgido en base a una naturaleza humana concreta. Cosas como que por instinto al ser humano no le gusta que le maten o le roben han determinado que el derecho surja y cumpla la función evolutiva de evitar conflictos. Y, en ese sentido, hay sociedades cuyos códigos morales cumplen mejor que otras esta función.
En concreto, podemos decir que occidente es quizás la cultura más civilizada del mundo debido a que en los países occidentales el derecho cumple mejor la función de proteger los derechos negativos (vida, propiedad y libertad) consiguiendo evitar conflictos.
Cosas como el maltrato a la mujer, el racismo, homofobia etc, están mal vistas en occidente a niveles generales, si bien existen otros problemas culturales como la tiranía de lo políticamente correcto y cierto auge xenófobo en algunas sociedades occidentales (ambos problemas con reacciones curiosamente relacionadas entre sí) además, gracias a la globalización, esas percepciones están extendiéndose rápidamente por el mundo.
Lo que quiero decir con todo esto, es que creo que occidente y el resto del mundo gracias a occidente se vuelve cada vez más liberal. Creo que está de sobra demostrado, tanto teórica cómo empíricamente que sólo con la libertad se logra el verdadero progreso humano, y en ese sentido, gracias a cosas como la globalización el mundo cada vez progresa hacia una mayor libertad.
Y aquí, es donde lo que viene a ser la gran ventaja del socialismo se convierte en una trampa mortal para él.
Al principio habíamos observado como el socialismo, al tener ideas totalmente nefastas, está condenado a lograr apoyos mediante el uso de la imagen, apelando a sentimientos. Y esto, si bien les permite resucitar una y otra vez, hace que estén sometidos a los cambios sociales.
Es decir, el marxismo cultural influye en la gente, pero la sociedad va cambiando haciendo que ese marxismo cultural tenga que mutar constantemente, y ese cambio, es hacia una mayor libertad.
Por ello pueden entenderse cosas como que mientras que “comunistas” como el Che Guevara mataban homosexuales en Cuba metiéndoles en campos de concentración bajo el lema de “el trabajo os hará hombre” con la excusa marxista de que la homosexualidad es un “vicio burgues”, en occidente, tengamos a partidos como el PSOE que defienden el matrimonio homosexual. Lo mismo ocurre con el feminismo, el socialismo se ha apoderado de la tercera ola del feminismo (en este caso radicalizándola) cuando hace más de medio siglo, votaban contra feministas como Clara Campoamor. Y esto pasa precisamente por el hecho de que la sociedad occidental y el resto del mundo a consecuencia y por imitación de esta avanzan hacia una mayor libertad.
Por tanto, ¿cuál es a mi juicio la dirección hacia la que mute la socialdemocracia? En efecto, el liberalismo.
Si la sociedad es cada vez más progresista en el sentido liberal del término, es inevitable que ello afecte al marxismo cultural y los socialdemócratas occidentales tengan que dar un nuevo salto de imagen volviéndose más socio-liberales de lo que ya de por si son.
Ya hemos visto cómo Podemos no ha sabido adaptarse a esto, es irónico cómo un partido compuesto por estrategas de marketing político que llega a hacer cosas como contar parpadeos en antena no ha entendido que, pese a la crisis de 2008 y el desencanto generalizado de los votantes españoles, estos no eran culturalmente tan radicales como les gustaría creer, sino que todo lo contrario, han corrido despavoridos a abstenerse o votar a la oposición directa, en este caso el PP.
Otros partidos como el Partido Socialista Francés si han sabido entender esta nueva e inevitable mutación y está liberalizándose con ministros como Macron o Valls.
¿Podrá por tanto el PSOE entender que la socialdemocracia del futuro serán los liberales minarquistas?
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