martes, 26 de julio de 2016

No, el PP no va a recortar, por Libertario.es


Con el adelanto en el cobro del impuesto de sociedades, el ejecutivo demuestra nuevamente que no está dispuesto a tocar en lo mas mínimo el sobredimensionado gasto público para poder dejar de asfixiar fiscalmente a sus ciudadanos.

 

El cierre del ejercicio de 2015 con un déficit público del 5,16% ha puesto contar las cuerdas al gobierno. Los burócratas de Bruselas, con quienes el ejecutivo rajoyiano había pactado un descuadre máximo del 4,2% (un objetivo modesto, muy por debajo del 3% del Pacto de Estabilidad Europeo, mas aún en una situación de recuperación económica) han decidido finalmente ponerse serios con un gobierno que pese a contar con un crecimiento estable del 3% del PIB y medio millón de nuevos empleos por año, se ha negado a hacer cualquier cosa que no sea gastar lo que no se tiene, en concreto, 56 000 millones de euros en 2015 que ha tenido que pedir prestado (3000 euros por trabajador español durante ese año, para poner en perspectiva).

 

Es en base a ello que exigen una corrección inmediata de al menos 10 000 millones de este descuadre, lo cual está dando que hablar acerca de los supuestos hipermegaturborecortes salvajes que se avecinan.

 

No es nuevo ni nos sorprende le afán derrochador del actual gobierno, que lleva incumpliendo los objetivos desde su llegada a la Moncloa. Tampoco nos sorprende que la oposición socialista y comunista que representan Psoe y Podemos se halle empeñada en descalificar al gobierno por no haberse endeudado, ¿que se yo?… ¿en 10 puntos del PIB en vez de 5? Está visto que el socialismo pepero se ha quedado a medio camino y ha dejado insatisfecho al club de la impresora de Garzón and Company.

 

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Tampoco nos llama la atención la actitud de Albert Rivera. Yo creo que es una persona lista y preparada, pero que precisamente debido a su inteligencia no ha dudado en usar la demagogia y la mentira para acusar al gobierno de estar detrás de unos supuestos recortes (inexistentes en realidad) que están poco menos que supuestamente conduciendo a la desaparición del Estado y conduciéndonos sabe dios a que aventura anarquista ultraliberal y salvaje. Como buen socialdemócrata centroizquierdista, prosistema y proconsenso, el líder de los naranjitos propone que Rajoy negocie con Bruselas una flexibilización de los actuales acuerdos en cuanto a déficit, no vaya a ser que los números rojos que veamos en las cuentas del Estado durante los próximos años no sean lo suficientemente rojos, en ambos sentidos de la palabra.

 

Captura

 

Rajoy, por otra parte, no estaría diciendo algo distinto de hallarse en la oposición. Porque ni es liberal (nunca lo ha sido) ni es tan tonto como para no aprovecharse de la absoluta falta de cultura financiera de los ciudadanos negándoles el mensaje estúpido y demagogo que continuamente demandan (que si los recortes, que si la austeridad, que si el estado del bienestar…)

 

Lo que si que ha sido curioso es escuchar a Alberto Garzón criticar la medida in extremis que va a llevar a cabo el gobierno para tapar parte del agujero: incrementar el impuesto de sociedades (en contradicción por supuesto con sus promesas de campaña, como ya nos tiene acostumbrado). Precisamente Alberto Garzón y sus aliados ideológicos han defendido siempre un incremento de la presión fiscal vía IRPF y Sociedades, bajo el argumento de que incrementar impuestos como el IVA no tiene un componente redistributivo ya que lo pagan en igual medida ricos y pobres. Nuestro amado camarada ignora que, además, la subida temporal de Sociedades cuenta con un umbral inferior para que no se le aumente la tributación a las micropymes con menor facturación. Pero de mostrar estas realidades y asumir su aprobación personal de la medida no solo estaría aceptando la enorme impopularidad que tiene su programa, si no que abandonaría el discurso demagogico y mentiroso al que ya nos tiene acostumbrados. De hecho, no ha dudado en alegar que la medida perjudica “al puebro” en beneficio de “loh mú rico”, al servicio de los cuales se halla el Partido Popular, por supuesto. Lo de siempre.

 

Perroflautés aparte, está claro que el gobierno se mantiene en su línea zapateril-sorayina-socialdemócrata al abordar de nuevo los agujeros presupuestarios por el lado de los ingresos y no de los gastos. No han dejado de hablar los medios de comunicación (al servicio de la ignorancia generalizada) de los recortes que se avecinan tras las exigencias de Bruselas. Pero la televisión miente de nuevo.

 

En concreto, el gobierno pretende hacer frente a los 10 000 millones de ajuste en base a :


  • 6000 millones extra de recaudación vía subida del I.S. (comentado ya anteriormente).
  • 1500 millones de ahorro en base a la bajada de la prima de riesgo y por tanto de la relajación de los tipos    de interés que paga el gobierno por su deuda.
  • 1000 millones extra fruto de una mayor recaudación en la lucha contra el fraude fiscal. Una predicción altamente dado que en 2015 se batió el record de lucha contra el fraude y se complicado superar ese dato en 1000 millones, mas aún cuando se pretenden subir impuestos, que son una de las causas primordiales del fraude fiscal.
  • Quedan 1500 millones mas para llegar a los 10000 millones exigidos.

 

De estos últimos 1500 millones, que se abordarían en base a medidas múltiples, unicamente un máximo de 500 millones provendrían de recortes del gasto como tal, una cifra que es ridícula: representa el 5% del ajuste total y por poner en perspectiva, puede compararse con los 5380 millones de incremento de gasto entre 2014 y 2015 o los 250 000 millones (sí, estáis leyendo bien) que aumentó el gasto entre los años 2000 y 2012.

 

No puedo dar por finalizado el artículo sin señalar que además, estos 10 000 millones de ajuste son difíciles de creer, de hecho cuentan con la misma fiabilidad que las previsiones de déficit de nuestro ministro los últimos años: ninguna. Las medidas que se van a adoptar, además de ser perjudiciales para la economía (como toda subida de impuestos), vemos que bajo un punto de vista racional no tienen porque cumplirse (como todo aquello que consista en una predicción sobre escenarios futuros, recaudación…) y bajo un punto de vista empírico e histórico comprobamos que casi nunca se han cumplido los objetivos tributarios de un gobierno al imponer un nuevo gravamen: siempre se recauda menos de lo esperado.

 

Y llegados a este punto toca preguntarse, ¿que debería hacer un gobierno verdaderamente reformista y liberal para sanear las cuentas? RECORTAR.

Un recorte de al menos 25 ooo millones anuales (y no 500) que permitiese en un plazo de 1 año abordar los 10 000 millones de descuadre exigidos por Bruselas y reducir en 10 000 millones mas el agujero presupuestario en un ejercicio. En el segundo año ya entraríamos cumpliendo el 4,2% de objetivo de déficit, el 3% que marca el Plan de Estabilidad Europeo y finalizaríamos ese año con un déficit cero (el gobierno no gastaría ni un céntimo mas de lo que ingresa, como debe ser y como marca el sentido común). A partir de ese punto, los aumentos de recaudación en base a la recuperación económica deben dedicarse a bajar impuestos lo mas rápido posible.

 

¿Serían tales recortes enormes y salvajes? Al contrario, serían muy modestos. Supondrían una reducción de gasto del 5,3% anual durante 2 años, que podemos comparar por ejemplo con el 27% de reducción de gasto que acometió Irlanda en solo un ejercicio. País que, por cierto, actualmente crece entre un 6 y un 8%, y del que por supuesto la izquierda y el marxismo cultural dominante no están dispuestos a hablar lo mas mínimo.

 

Las medidas de contención de gasto, además, son absolutamente certeras: lo que no se gasta no se gasta, y punto. Nada se basa en predicciónes mágicas sobre recaudaciones futuras.  No tenemos que recortar para contentar a nadie, ni siquiera a Bruselas. Tenemos que recortar porque es lo bueno y es lo correcto, porque cuantos mas recursos en manos de los políticos y del aparato estatal liberemos, mas y mejor funcionará la economía. El dinero produce cuando está en manos de la economía privada, no en las arcas del estado. Recuperémoslo entre todos.

 

Y ahora toca la pregunta final… ¿hará esto alguien en un país donde se acusa al gobierno de ser austero por gastar “solo” 3000 euros mas de los que se tiene, por cabeza, durante el último año? Ni de coña.

 

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