Durante años, el establishment de la seguridad nacional nos ha estado diciendo: “Si no tienes nada que esconder, no tienes nada que temer”. Y por tanto, el gobierno federal debe tener acceso completo a todos nuestros correos electrónicos, llamadas de móviles, registros de navegación por Internet, ubicación, conversaciones privadas en casa, registros bancarios, transacciones con tarjetas de crédito, etc., etc., etc., y tenerlos para siempre, sin duda.Sin embargo, de repente, este mismo aparato está presentando de manera agresiva sus descubrimientos de que Rusia “hackeó” los emails que influyeron negativamente en los recientes resultados de las elecciones -entre la DNC, Obama, Hillary y otros, gritando indignados por esta injerencia extranjera en nuestro proceso electoral libre y justo.Otros dicen que la publicación de los emails fue un inside job, como cuenta un ex funcionario de la NSA, que dice que los filtró un individuo dentro de la NSA al que le preocupaba la perspectiva de que alguien tan probadamente descuidado con secretos nacionales como Hillary lograse la presidencia; y Craig Murray, ex embajador británico en Uzbekistán y un estrecho colaborador del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien dijo:Ninguna de las [filtraciones] vino de los rusos. La fuente tenía acceso legal a la información. Los documentos fueron filtrados internamente, no hackeados.
El Sr. Murray dijo que a los autores de las filtraciones les motivaba el “disgusto por la corrupción de la Fundación Clinton y por que se hubiese inclinado las elecciones primarias en contra de Bernie Sanders”.
Entonces, ¿a qué se debe esta fuerte insistencia en que fueron los rusos? Y, si los miembros de la fundación Clinton no tenían nada que esconder, ¿por qué les importa tanto?
¿Será que la información que se publicó en contra de su voluntad incluía lo siguiente? (Incluímos las fuentes para que no digan que esto son Fake News):
Las mentiras, engaños y trucos sucios de la DNC para descarrilar la campaña de Sanders (comparados con los fontaneros de Nixon eran aficionados), como informó el New York Times, el New York Post, el Chicago Tribune y otros.
Múltiples violaciones de la decencia más elemental por parte de los Clintons y su uso de su Fundación Clinton exenta de impuestos, incluyendo permitir que donantes extranjeros de la Fundación Clinton accedieran a los servicios de Hillary como Secretaria de Estado, previo pago, y a lo que ha sido denominado Bill Clinton, Inc. “(Como informó The Atlantic, Fox News, el New York Times y otros).
La colusión de los medios a favor de la campaña de Clinton, incluyendo la CNN, que filtró las preguntas del Ayuntamiento al equipo de Clinton por adelantado, la recepción por parte del equipo de Clinton de un artículo del New York Times antes de que fuese publicado, y permitiéndoles editar otro de sus artículos.
Y más cosas.
Hasta la fecha, los demócratas han tratado de achacar la derrota electoral de Hilary al racismo, la homofobia, la xenofobia, a James Comey y al FBI, a un personal de campaña incompetente, a las “noticias falsas”, a los medios de comunicación social, y a los Millennials.
Ahora, son los rusos.
Al final, ¿importa quién proporcionó los correos electrónicos a Wikileaks? Después de todo, si la campaña de Clinton no tenía nada que esconder, ¿por qué deberían preocuparse?
Publicado originalmente el 17/12/2016.
Traducido del inglés por Verónica Santamaría, editora de revista Libertario.es. El artículo original se encuentra aquí.
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