Es necesario en primer lugar, reconocer que el gobierno chavista-madurista ha utilizado con bastante éxito durante casi dos décadas en el poder, todos los medios y recursos a su alcance para hacerle creer a la población venezolana y mundial que la oposición (MUD) es la “derecha”, confiando en aquella estrategia de propaganda fascista “una mentira dicha mil veces, se convierte en verdad”.
Pero la realidad es que una mentira dicha mil veces sigue siendo una mentira, la verdad es que la llamada “oposición” venezolana es de izquierda y por serlo tiene una característica fundamental con la ideología marxista del gobierno chavista-madurista: la idolatría al Estado paternalista y el desprecio radical hacia el capitalismo y el emprendimiento.
Y no estoy hablando únicamente de los líderes o las cabezas visibles de la llamada oposición, estoy hablando del “opositor” promedio, aquel que dice “no estoy de acuerdo con el gobierno pero si estoy de acuerdo con que se castiguen a los bachaqueros y especuladores” o lo que es lo mismo que decir, no estoy de acuerdo con el gobierno pero estoy de acuerdo que castiguen a las personas que deciden desobedecer las absurdas medidas económicas del gobierno; la existencia de estos llamados “opositores” es una contradicción y son quienes sin estar conscientes de lo que piensan y dicen, favorecen al socialismo que nos obliga a vivir en la miseria.
La ideología socialista del gobierno y de la oposición MUD, ha provocado a través de un proceso crónico de degeneración política y demagogia, una inversión de valores en la sociedad, fundamentado el castigo al emprendimiento, la premiación al hampa, el desprecio a la propiedad privada y el trabajo, ambos contribuyen al desarrollo de una idiosincrasia subdesarrollada: la veneración al Estado, que solo fomenta el estilo de vida del adulador, el vivaracho y la delincuencia, el deseo de imponer la voluntad sobre los demás por medio de la violencia o de someterse al más poderoso, en un estado perpetuo de ‘‘síndrome de Estocolmo’’ o esclavitud agradecida. No es sorpresa que gracias a esta odiosa mentalidad estatista, las cifras de crímenes en el país estén por las nubes.
Por una parte, la llamada “oposición” venezolana es ingenua, porque cree que los socialistas que gobiernan son ‘‘ineficientes’’, cuando la realidad es que están siendo muy eficientes en su trabajo como gobernantes, la población está plenamente controlada, dominada, haciendo largas filas y tumultos como muertos en vida por productos de la cesta básica. ¿Creen que esto es ineficiencia?, pues no, porque la destrucción marxista de la economía es planificada, los gobernantes están haciendo muy bien su trabajo.
Por otra parte, la llamada “oposición” venezolana, en el fondo quiere volver a las condiciones de la Venezuela socialista de la cuarta república, cuando gobernaban los socialdemócratas porque estábamos, en sus palabras ‘‘menos peor’’ cuando precisamente esa mentalidad conformista de dependencia e idolatría al Estado es la que nos impide avanzar hacia el desarrollo, durante 40 años de socialismo socialdemócrata y 19 años de socialismo marxista radical, el venezolano ha quedado sin noción alguna de libertad, para la oposición MUD la libertad se limita a lo inmediato ‘‘salir de éste gobierno’’, es incapaz de ver más allá de sus narices.
Es necesario recordar que fue precisamente la socialdemocracia de la cuarta república la que nos obsequió el marxismo radical que estamos padeciendo actualmente.
El lavado de cerebro socialista ha calado tan profundo en la sociedad venezolana que todos en Venezuela (con muy contadas excepciones), hasta los propios líderes de la MUD están aterrorizados de las palabras ‘‘capitalismo’’ o ‘‘privatización’’ y tienen miedo de proponer estas alternativas, otros en la ignorancia alimentada por la propaganda chavista, asocian estos conceptos erróneamente al fascismo económico, prefieren seguir dando pasos hacia atrás en lugar de evolucionar de ideas. Los conocimientos liberales se encuentran muy lejos del venezolano promedio.
Dicho esto, el peor enemigo de la oposición no es el gobierno actual, es la oposición misma. La mejor forma de eliminar todos los estigmas es haciendo proselitismo capitalista liberal, sin medias tintas ni corrección política y es aquí donde el papel de los medios de comunicación es fundamental.
Es de imperiosa necesidad que los medios de comunicación de línea crítica al actual gobierno, aquellos que tienen el privilegio de llegar a las masas por medio de las redes sociales, difundan constantemente conocimientos de libre mercado, capitalismo, propiedad privada y reducción de gobierno; ser portavoces continuos de las ideas de pensadores como Ludwig Von Mises, Friedrich Hayek, Ayn Rand, Henry Hazlitt, Carlos Rangel, Juan Ramón Rallo y Jesús Huerta de Soto; ser colaboradores incondicionales de organizaciones como: Movimiento Libertario de Venezuela, Instituto Mises, Instituto CATO, PanAm Post, El Instituto Independiente, Instituto Juan de Mariana, por mencionar algunos.
En los artículos de economía se observa muy a menudo las mismas caras, las opiniones de los mismos economistas keynesianos que justifican la intervención del gobierno en la economía, generando una matriz de opinión siempre favorable al socialismo; sería ideal que también se diera a conocer las opiniones de economistas asociados a la Escuela Austriaca de pensamiento económico, para traer nuevas ideas y argumentos sólidos contra el socialismo que provoquen debate a nivel académico.
La clave para salir de esta crisis pero sobre todo, garantizar la prosperidad de Venezuela está en orientar a la población para erradicar todo estigma asociado a las palabras Capitalismo, Propiedad Privada y Libre Mercado, debemos revertir el proceso crónico de perversión política y demagógica del lenguaje, iniciar un proceso de reaprendizaje, de rescate del valor de la propiedad privada y en eso los medios de comunicación tienen el rol protagónico.
Estamos de acuerdo que hay salir de esta crisis política, económica y cultural, pero la idea no es volver a las condiciones institucionales de la cuarta república que nos trajo precisamente, a la crítica situación que estamos padeciendo actualmente, es menester evolucionar en ideas políticas y económicas, para evolucionar culturalmente como nación.
Para ello es esencial desarrollar una oposición ideológica, con argumentos, no una oposición meramente de moda, marchas y consignas, seguir con la estrategia fallida de oponerse al gobierno porque antes estábamos “menos peor” sólo profundizará el socialismo y no debemos seguir desperdiciando más tiempo productivo, hay que estar conscientes del poder de las redes sociales y aprovechar éste último resquicio de libertad que tenemos, antes de que sea demasiado tarde.
El futuro del país está en sus manos.
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MSc. Edgar Vargas. Abogado. Máster en Derecho Mercantil. Divulgador de los principios de la Escuela Austríaca de Economía. Defensor del derecho natural, la globalización, la ética de la propiedad privada, la cooperación voluntaria y la coexistencia pacífica.
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