El pensamiento del famoso izquierdista Slavoj Žižek es fácilmente confundible con el de un libertario en mucho temas, por ejemplo, durante la Occupy Wall Street en 2011, el filósofo Esloveno se referiría a la crisis financiera de 2008 criticando la economía vampiro, el socialismo para ricos:
[…][Están diciendo] todos somos perdedores, pero los verdaderos perdedores están en Wall Street. Fueron rescatados por miles de millones de nuestro dinero, Nos llaman socialistas, pero aquí ya hay socialismo – para ricos -. Ellos dicen que no respetamos la propiedad privada. Sin embargo, en la crisis financiera de 2008 hubo la caída financiera más duramente-ganada, la propiedad privada fue destruida como si todos nosotros estuviéramos destruyéndola noche y día por semanas.[1]
Muchos libertarios en su momento, estuvieron tentados a incorporarse con todos los movimientos izquierdistas que se sumaban a la oposición contra el Wall Street, sin duda, las quejas eran legítimas, no obstante, sabemos que toda esa crítica estaba mal dirigida, pues consideraban este sistema como el mayor símbolo del capitalismo y en sus demandas solicitaban desde salario mínimo vital a sanidad universal, derechos de raza y género, en suma, una receta para llegar al socialismo que fue lo que los puso en esa situación en primer lugar.
Estas diferencias entre opositores al Wall Street se remontan hasta la teoría del valor y la explotación marxista, pues, fruto de ello, hasta el día de hoy, se cree que Estado y Mercado son uno, las clases dominantes y explotadoras. La crítica izquierdista al poder nunca logro distinguir el mercado del Estado, en cambio, los libertarios consideran este gigante cartel como el mayor símbolo del clientelismo y corporativismo, no niego que hoy, gran parte de la economía es un sistema mixto donde el Estado, la banca central y los empresarios se unen en pro de sus intereses a costa del resto de la sociedad, empero, esto no es un ejemplo del capitalismo, sino del clientelismo y mercantilismo económicos. Escribía Anthony Gregory:
La economía política actual parece más alguna forma de fascismo que un sistema de libre empresa, y de los negocios en confabulación con el estado para avanzar en el corporativismo. Los atacados por los manifestantes con especial hostilidad, probablemente estén entre los más culpables. Algunos de los activistas, agitando pancartas oponiéndose a rescates, guerras y abusos policiales, llevan un mensaje libertario.
Ahora bien, en lo que me centraré es en examinar cuál es la posición de Žižek y la que hubiese tenido Rand sobre la crisis financiera de 2008 y además, la que ambos autores han desarrollado referente a el controvertido tema de la propiedad intelectual. Žižek no simpatiza en lo más mínimo con Ayn Rand, de hecho, le ha culpado de la crisis financiera, «¿Quién es John Galt? Ahora sabemos exactamente quién es John Galt, es el idiota responsable de la crisis financiera de 2008, y por el cierre en curso del gobierno federal de EE.UU» para Žižek, fueron precisamente los heroicos gigantes Randianos racionales-egoístas-creativos los que fracasaron, y con ello, en vez de salvar al pobre y simple hombre común, estos fueron quienes les rescataron:
De acuerdo con algunos informes, ya hay indicios del escenario descrito en La Rebelión de Atlas -Los propios capitalistas creativos en huelga- […] Sin embargo, esto malinterpreta la situación: lo que efectivamente está ocurriendo hoy es casi exactamente el opuesto. La mayor parte del dinero del rescate va precisamente a los “titanes” Randianos, los banqueros que fracasaron en sus planes “creativos” y por lo tanto provocaron la crisis financiera. No son los “genios creativos” los que ahora están ayudando a la gente común, sino la gente común que está ayudando a los fracasados “genios creativos”.[2]
Lo único salvable de este argumento es que la banca fue la que inició la crisis con inyección monetaria y bajos tipos de interés, por lo demás, es completamente falso de inicio a fin, esto es exactamente contra lo que luchó y se refería Rand en “Capitalismo, el ideal desconocido”, «¿Por los pecados y males de quién se culpó a los empresarios? Por los pecados y males de los burócratas»[3]. La izquierda al no saber distinguir ente el poder político y el poder económico, entre la coerción y la libertad, entre el miedo y los valores, introduce los dos en una misma bolsa:
Todos los males, abusos e iniquidades, popularmente adscritos a los comerciantes y al capitalismo, no fueron causados por una economía no regulada o por un libre mercado, sino por la intervención gubernamental en la economía. Los gigantes de la industria estadounidense, como James Jerome Hill o Commodore Vanderbilt o Andrew Carnegie o J. P. Morgan, fueron autodidactas que ganaron sus fortunas por su habilidad personal, por el libre comercio en un mercado libre.
Pero hubo otra clase de empresarios, producto de una economía mixta, hombres con influencia política, quienes hicieron fortunas por medio de privilegios especiales que les fueron concedidos por el gobierno, tales como los Cuatro Grandes de Central Pacific Railroad. Fue el poder político detrás de sus actividades, el poder de los privilegios forzados, no merecidos, económicamente injustificados, el que causó desarticulaciones en la economía del país, adversidades, depresiones y crecientes protestas públicas. Pero fueron el libre mercado y los empresarios libres quienes cargaron con la culpa.[4]
Parece que la historia se repitiera, pues durante la última depresión económica de la que a la fecha aún no se ha salido, y se ha trasladado al resto del mundo, se ha culpado al libre mercado y su “exuberancia irracional“ por las acciones de los empresarios burócratas. El libre comercio y los empresarios son «un chivo expiatorio de las maldades de los burócratas».[5]
Žižek no sabe quién es John Galt, no terminó de leer o entender La Rebelión de Atlas que se reserva su identidad hasta el final del libro, John Galt es la antítesis del Estatista, Žižek cree argumentar contra los Atlas de Rand, sin embargo, argumenta contra los Colosos del Estado, los Estatistas, aquellos que se creen con el derecho de «forzar, reprimir, esclavizar, robar y asesinar a otros»[6], no argumenta contra quienes cargan la economía en sus hombros, sino contra quienes sentados con un fusil reclaman el derecho a una parte de lo no merecido, no argumenta contra los productores, argumenta contra los parásitos destructores.
Žižek sostiene que el panorama descrito en La Rebelión de Atlas, la huelga de los empresarios, ha llegado. Solo para decir que su huelga no es la que uno pensaría, la huelga propuesta en la obra donde los empresarios deciden dejar de ser explotados por la clase parasítica deja paso a una huelga en la que los empresarios están parados debido al fracaso de su “genio creativo” esperando ser rescatados por Washington.
Nada más lejos de la realidad, en un sistema capitalista las pérdidas o fracasos empresariales no son socializados, no constituyen una hipoteca que deba pagar el resto de la sociedad, la destrucción creativa forma parte del proceso natural de progreso y mejora del mercado, las subvenciones, los rescates, los monopolios y demás, representan todo lo contrario al sistema capitalista, es compensar fallas y gravar el éxito. Los Altas aún no están en huelga Sr. Žižek, citó a John Galt:
Sólo existe una clase de personas que nunca estuvieron en huelga en toda la historia del hombre. Las otras se han detenido cuando lo desearon, presentando demandas, proclamándose indispensables… los que nunca estuvieron en huelga son los que cargaron el mundo sobre sus hombros, lo mantuvieron vivo y soportaron toda suerte de torturas como único pago, pero nunca le han dado la espalda a la raza humana. Pues bien, ahora tienen su oportunidad. Que el mundo descubra quiénes son, qué hacen y qué sucede cuando se niegan a funcionar. Esta es la huelga de los hombres de la razón, señorita Taggart, es la huelga de la mente.[7]
Propiedad Intelectual
El escrito de Ayn Rand que hace referencia al tema de propiedad intelectual es “Las patentes y los derecho de autor”[8] Su defensa de la propiedad intelectual consiste en sostener «el derecho de un hombre sobre el producto de su mente»[9] que a su vez, es una forma de trabajo superior al físico reconocido por las patentes y derechos de autor.
Para que una idea pueda estar protegida debe ser materializada, una vez hecho esto, la idea puede patentarse, de tal forma, que lo que se protege no es el objeto sino «la idea que encarna» la patente o derecho de autor, eso es lo que es protegido por la propiedad intelectual, las ideas contenidas en la materia, el trabajo mental que dio origen a esa nueva forma de la materia.
Rand sostiene que la propiedad intelectual es un derecho de propiedad privada que una persona libremente puede ejercer o no[10], si se decide ejercer, entonces, cualquier persona en cualquier parte del universo, sea por su capacidad mental de comprender lo que otro ha creado o porque lo ha creado de forma aislada por sus propios medios, puede violar estos derechos. Si un Aghartiano en Marte decide crear un dispositivo tablet de figura geométrica rectangular con bordes redondeados podría estar violando la patente que Apple Inc. (Cupertino, CA) le gano a Samsung, si además, el desbloqueo de pantalla es deslizando el dedo sobre la misma hacia cualquier dirección puede estar tranquilo porque esta patente de Apple fue anulada por el Tribunal Supremo alemán en 2015.
De acuerdo a lo anterior, La ley establece una prohibición para la reproducción no autorizada de objetos que contengan estas ideas protegidas. A ello se le puede añadir otra pregunta, ¿acaso todas las ideas pueden ser protegidas? y las que son protegidas ¿Por cuánto tiempo debería durar su protección? Rand distingue de manera no muy clara, entre descubrimiento e invención; los descubrimientos son identificaciones de leyes de la naturaleza que no pueden ser propiedad porque no fueron creadas y, en caso de divulgarse no podría demandarse que el resto de la sociedad permanezca en ignorancia para su no violación[11]; por invención podemos entender lo contrario, objetos que son creados y sobre los cuales si se puede exigir que el resto permanezca en ignorancia. Aquí ya pueden surgir nuevas objeciones:
1) Rand en un comienzo defendía el derecho de todo hombre al trabajo de su mente, pero esto no incluye “todo” el trabajo de la mente, cualquier cantidad de avances científicos y filosóficos (teóricos) no pueden ser protegidos puesto que ya existían, sólo que todavía no se conocían, mientras que, las invenciones, muchas llevadas a cabo con menor “trabajo mental” o trabajo mental “vulgar” ¡sí!, pensemos en el famoso condón musical o protector de plátanos que podrían ser, de hecho lo son, patentes porque consisten en una aplicación práctica, muy práctica del conocimiento.
El abogado de patentes y teórico libertario Stephan Kinsella[12] se sostiene en los mismos términos planteando esta distinción como «vaga, arbitraria e injusta», a causa de recompensar a inventores prácticos y artistas al mismo tiempo que el trabajo mental de Albert Einstein para “descubrir” que E=mc2 debe ser un bien público.
2). Sobre la distinción que ha hecho Rand, uno podría justificar que nadie ha inventado nada, si A es igual a A, significa que nadie inventa una mesa o el protector de plátanos, simplemente esta persona descubre una nueva manera de manipular, moldear y reorganizar la materia en una forma útil previamente no descubierta por nadie, ya que la potencia en cada elemento siempre estuvo presente[13], lo que es es.
Continuando, otro problema que se presenta al aceptar el principio de la existencia de la propiedad intelectual y su protección por parte del Estado es el plazo que esta deba existir, Rand piensa que el derecho de propiedad intelectual no puede ejercerse a perpetuidad porque destruiría su propio propósito que es el de la recompensa por el logro intelectual, ello permitiría que herederos gozarán de ella in saecula seculorum. En el caso de la propiedad material por ejemplo, es cierto que esta es un derecho perpetuo, pero la perpetuidad no implica el parasitismo en el que derivaría un derecho de propiedad intelectual eterno, donde el que quisiera construir un coche debería pagar regalías a la generación de miles y miles del creador de la rueda. Esto no ocurre con la propiedad material a perpetuidad debido a que diferente de lo que pensaba Marx, riqueza no significa automáticamente más riqueza, esta es un proceso, y mientras más grande, más difícil es de mantener en un sistema competitivo de libre mercado, sin propiedad intelectual, claro.
Por un momento uno podría creer que Rand, como muchos objetivistas hoy sostienen, defendería el derecho de propiedad intelectual hasta la vida del creador:
El logro intelectual, de hecho, no puede transferirse […] Todo lo que puede transferirse son los resultados materiales de un logro, en forma de riqueza. Por la misma naturaleza que el derecho sobre el cual se basa la propiedad intelectual, el derecho de un hombre sobre el producto de su mente finaliza con él.[14]
Sin embargo, Rand tenía otros intereses para su trabajo intelectual, quiso transmitir algo más que los resultados materiales de su logro. Toma un argumento utilitarista para justificar su egoísmo “racional”, diciendo que si los derechos de propiedad intelectual tuviesen existencia hasta la vida del creador[15] se alteraría el valor actual de los mismos dada la incertidumbre de que el creador de una obra maestra falleciera al día siguiente perjudicando así, a quienes han invertido en la producción de la obra que terminaría en “dominio público”, en consecuencia, Rand escribe que la ley debe «definir un periodo de tiempo que proteja los derechos e intereses de todos aquellos involucrados».[16] ¿Cuál es este plazo? ¿La vida del autor más cuantos años más? ¿Hasta la muerte de Peikoff quien heredó todos sus derechos de monopolio intelectual?
Rand piensa que en el caso de los derechos de autor, la solución más “racional” es la Ley de Derechos de Autor de Gran Bretaña en 1911, que fijaba un término hasta la muerte del autor más cincuenta años. Esto se vuelve más difuso sabiendo que Rand escribió: «Todas las leyes deben ser objetivas (y objetivamente justificables)»[17] Enseguida, debemos notar que en razón a que Rand no era inventora, el tiempo de protección de las patentes más “racional” es otro, nuevamente dando un argumento utilitarista, sostiene que unas patentes con un tiempo de protección muy alto paralizarían la industria, los avances científicos, etc. La solución para Rand es no dar respuesta concreta, porque no existe una única respuesta correcta a toda la arbitrariedad que quiere justificar, Rand, cual pionera del neoconstitucionalismo en el siglo pasado, nos da el camino, estos debe determinarse por el «principio de definir y proteger todos los derechos individuales involucrados».[18]
Me gustaría decir que la objeción que ve Rand sobre el tiempo de protección de las patentes, que generalmente suele ser de veinte a treinta años también lo aplica a los derechos de autor, pero no es la situación, en todo caso, los logros intelectuales de Rand, para nada habrían paralizado el desarrollo del conocimiento, salvo curiosamente, para quienes quieren aprender objetivismo.
Finalmente, como ya he mencionado, Rand cree que la propiedad intelectual es un derecho de propiedad privada y para agravar sus males, como incluso alegremente sostendría un utilitarista defensor de la propiedad intelectual “sin patentes no habrían invenciones”, Rand concluye con una pendiente resbaladiza:
[…] Las patentes son el corazón y centro de los derechos propiedad privada… una vez que sean destruidas, la destrucción de todos los demás derechos seguirá de forma automática, como una posdata breve.[19]
Curiosamente, una posición más clara que la de muchos capitalistas laissez faire y libertarios respecto de la propiedad intelectual, es la de la estrella del pensamiento Europeo, «el filósofo más peligroso de occidente», el izquierdista Slavoj Žižek, aunque si bien, ha sido una tradición del pensamiento izquierdista oponerse a toda propiedad, a lo que añaden, incluida la intelectual, no deja de ser interesante que este autor considere entre las muchas contradicciones que ve en el sistema capitalista global (intervencionismo) una en la que fue miope Ayn Rand, «el fracaso cada vez más evidente de la propiedad privada para integrar en su funcionamiento la así llamada “propiedad intelectual”»[20], veámoslo:
Los productos intelectuales son, en un sentido muy ingenuo, comunistas por naturaleza. Todo el mundo lo sabe. Coge una botella de agua, por ejemplo: cuando yo bebo tú no bebes, y a la inversa. Cuando la usamos pierde su utilidad. Pero con el conocimiento sucede exactamente lo contrario. Cuanto más circula, más crece. Tiene una lógica totalmente diferente. La difícil tarea que tienen las empresas es cómo evitar la libre circulación del conocimiento. Algunas veces gastan más dinero y tiempo intentando impedir la copia gratuita que desarrollando productos. Por eso lo que está sucediendo ahora es completamente arbitrario.
Está claro que lo que Bill Gates hizo es un gran secuestro. El problema es el siguiente: con los productos físicos, por lo menos hasta cierto nivel, ¿quién posee qué? Puedes ver este libro. Lo compré y es un objeto material. Pero cuando hablas de productos intelectuales, que circulan, siempre resulta muy arbitrario decir que son propiedad privada, especialmente cuando aplicas patentes.
Cuando estuve en India, los agricultores me explicaron que habían descubierto que determinados métodos y materiales agrícolas, que han estado utilizando durante siglos, ahora son propiedad de compañías estadounidenses porque una compañía de ese país los ha patentado. Así que esta empresa quiere que los agricultores indios paguen por algo que han estado haciendo durante dos mil años. El siguiente problema será cuando las compañías biogenéticas patenten los genes: todos descubriremos entonces que una parte de nosotros mismos, nuestros componentes genéticos, estarán sujetos a derechos de autor (copyrighted) y pertenecen a determinada compañía. Así que lo que eres tú, lo que no pertenece a nadie, es simplemente el puro cogito cartesiano. Esta paradoja es totalmente absurda.[21]
De lo dicho por Žižek se pueden abstraer tres conceptos claves, la exclusividad, la rivalidad y la escasez. La propiedad privada (material) implica un derecho de control exclusivo sobre los bienes, lo que limita el uso por parte de otros «cuando yo bebo tú no bebes, y a la inversa» precisamente por su condición de escasez, los bienes materiales implican exclusividad y rivalidad, es decir, el propietario puede impedir que otros usen su bien y el uso de su propiedad por parte de otro resultaría en un coste para este.
En cambio, en la propiedad intelectual (ideal) por naturaleza no existe exclusividad ni rivalidad; Cuando X usa la idea de Y o la aplica en bienes materiales, no excluye a Y de sus ideas o bienes, las ideas y bienes permanecen intactos en Y, igualmente, cuando X usa las ideas de Y no esta impidiendo que Y siga utilizando su talento y bienes. Por estas razones es que no hay lugar a hablar de robo o similares, por el contrario, las ideas siguen otra lógica «Cuanto más circula, más crece».
De acuerdo a lo anterior, las ideas una vez son expresadas, pueden seguir reproduciéndose de manera indefinida, de tal forma que sólo pueden ser protegidas creando escasez artificial mediante un monopolio otorgado por el Estado, escribe Julio H. Cole:
Los defensores de las patentes a menudo tratan de negar que estas constituyen concesiones monopólicas, y sostienen que el término “monopolio” está mal empleado en este caso. En parte se trata de una cuestión meramente semántica, aunque no existe en todo caso ninguna contradicción o incompatibilidad entre la noción de “patente como propiedad” y la de “patente como monopolio”, y en la práctica ambas nociones están injustamente relacionadas, puesto que el carácter monopólico de las patentes es precisamente lo que les confiere valor económico.[22]
Acumulando más a la lista de errores Rand, ella dijo que las funciones «apropiadas para un gobierno son: la de la policía, las fuerzas armadas y los tribunales de justicia»[23][24] todos clasificados como bienes públicos[25] al ser no excluibles y no rivales, no obstante, es extraño que, como hemos visto y siguiendo la teoría de los bienes públicos, no lo sean también las ideas que, por su naturaleza tienen estas propiedades. Contrariando los hechos, ella decide convertirlas en un bien privado, a saber, convertir las ideas en bienes excluibles y rivales mediante el mandato del Estado.
La teoría de los bienes públicos ha sido ampliamente rebatida por economistas austríacos[26], del mismo modo, policía, fuerzas armadas y justicia pueden ser convertidas e históricamente ya han sido, bienes privados, tal como Rand hizo con las ideas al transformarlas en bienes excluibles y rivales. Usar esta clasificación es útil ya que los objetivistas de forma consciente o inconsciente defienden dichos tres bienes públicos que a su modo de ver sólo pueden ser provistos de forma “objetiva” por un gobierno justo.[27]
Es una condición de toda propiedad material, la escasez, si los bienes no son valorados subjetivamente como escasos no hace falta asignar derechos de propiedad sobre los mismos, la tarea entonces de los defensores de la llamada propiedad intelectual, consiste en convertir, como he dicho, las ideas en propiedad privada, en bienes excluibles y rivales. De este modo y de alguna forma extraña, cuando X usa la idea de Y, ilegítimamente está “robando” la idea de este y también disminuyendo el valor de los bienes de Y[28], hasta allá podemos llegar, incluso, suponer que Y tiene derecho al precio de su propiedad, derecho a los productos de su mente…
El filósofo esloveno no se equivoca en sus palabras, es sabido que muchas compañías no se dedican a producir bienes, sino males, patentan a diestra y siniestra productos que jamás van a producir, la función de estas patentes es únicamente evitar la competencia y controlar parcialmente la propiedad de otros, se pasan todo su tiempo en tribunales de millonarias demandas de propiedad intelectual y buscando privilegios políticos en Washington, no les importan las necesidades de los consumidores.
En 1980 el Tribunal Supremo de EE.UU confirmó en una votación de 5 contra 4, la primera patente de un ser vivo, una bacteria modificada genéticamente que podía disolver el petróleo crudo, a este fallo, Diamond contra Chakrabart, se le conoce como el origen de la industria biogenética.[29] ¿Estaremos ante un descubrimiento o una invención? Actualmente las compañías biogenéticas están patentando genes ¿tendremos que pagar a compañías por usar “nuestros propios” genes, del mismo modo en que agricultores en India tienen que pagar a empresas extranjeras por lo que siempre han hecho y tenido? Esta es la paradoja absurda que ve Žižek, si esto es así, entonces, sólo nos quedará nuestra mente, el cogito cartesiano que, diferente de lo que pensó Descartes al asimilarlo con el alma, sí es indivisible, en consecuencia, la única forma en que puede hablarse correctamente de invasión o robo en lo referente a la propiedad ideal será, cuando una máquina sea capaz de extraer las ideas de otro tal como ocurre en personas que por hechos traumáticos o enfermedades pierden partes de su mente.
[1] Texto original en inglés “[…][They are saying] we are all losers, but the true losers are down there on Wall Street. They were bailed out by billions of our money. We are called socialists, but here there is already socialism — for the rich. They say we don’t respect private property. But in the 2008 financial crash-down more hard-earned private property was destroyed than if all of us here were to be destroying it night and day for weeks.”
[2] Texto original en inglés “According to some reports, there are already signs that the scenario described in Atlas Shrugged – the creative capitalists themselves going on strike – is coming to pass in the form of a populist right. However, this misreads the situation: what is effectively taking place today is almost the exact opposite. Most of the bailout money is going precisely to the Randian “titans”, the bankers who failed in their “creative” schemes and thereby brought about the financial meltdown. It is not the “creative geniuses” who are now helping ordinary people, it is the ordinary people who are helping the failed “creative geniuses”.
[3] Rand, Ayn (2012) “Capitalismo: el ideal desconocido” p. 59.
[4] Ibíd. p. 63.
[5] Ibíd. p. 62.
[6] Ibíd. p. 61.
[7] Ibíd. p. 196.
[8] Ibíd. p.167.
[9] Ibíd. p.167-8, 170.
[10] Ibíd. p.168.
[11] Lo que Rand si defiende sobre esto es un derecho de atribución, a saber, que se reconozca la autoría por el descubrimiento “Él puede registrar oficialmente el libro en el cual presenta su descubrimiento y puede exigir que se reconozca su autoría del descubrimiento, que ningún otro hombre se apropie o plagie el crédito de haberlo realizado, pero no puede registrar oficialmente el conocimiento teórico” Ibíd. p.168.
[12] Kinsella, Stephan (2001) “Contra la propiedad intelectual” p. 21-22. “resulta arbitrario e injusto recompensar más a los inventores prácticos y artistas, por ejemplo, a ingenieros y compositores, y dejar sin recompensa a los científicos teóricos, matemáticos y filósofos.
[13] Ibíd. p. 21. “Un ingeniero que invente un nuevo modelo de ratonera ha reordenado partes existentes para ofrecer una función que antes no se llevaba a cabo. Otros que aprendan de esta disposición pueden igualmente fabricar una ratonera mejorada. Aún así, la ratonera simplemente sigue las leyes de la naturaleza. El inventor no inventa la materia de la que está hecha la ratonera, ni los hechos y las leyes aprovechadas para hacerla funcionar”. También el economista Alberto Benegas Lynch (h) realiza una crítica demoledora contra Rand en (1998) “Apuntes sobre el concepto de copyright” p. 13-15.
[14] Rand, Ayn (2012) “Capitalismo: el ideal desconocido” p. 169-170.
[15] Ibíd. p.170.
[16] Ibíd. p.170.
[17] Rand, Ayn (2009) “La virtud del egoísmo” p. 157.
[18] Rand, Ayn (2012) “Capitalismo: el ideal desconocido” p. 171.
[19] Ibíd. p.171. para un objetivista es claro que no se puede patentar un gen descubierto pero si casi de animal patentado
[20] Žižek, Slavoj (2016) “La nueva lucha de clases” p. 118.
[21] Žižek, Slavoj (2008) “Pedir lo imposible” p. 73.
[22] Cole, Julio (2000) “Patentes y copyrights: costos y beneficios” p. 2.
[23] Rand, Ayn (2012) “Capitalismo: el ideal desconocido. 60-61.
[24] Rand, Ayn (2009) “La virtud del egoísmo” p. 160.
[25] Los bienes públicos escribe Mankiw G. en “Bienes públicos y externalidades” p. 2 son: “bienes son de libre acceso a todo el mundo (es decir que no se puede restringir su uso) y son ilimitados (su uso por una persona no limita el uso por otros interesados). Por lo tanto los bienes públicos no son ni excluibles ni rivales. No se puede impedir que una persona utilice un bien público y su uso por parte de una no reduce su uso por parte de otra. Son ejemplos de bienes públicos las playas, los ríos, la defensa nacional.”
[26] Entre algunos, véase: Bagus, Philipp (2006) “¿Puede ser privados los diques? Argumentos contra la teoría de los bienes públicos”. Journal of Libertarian Studies, Vol. 20 p. 21–40. Hoppe, Hans-Hermann (2013) “Economía y ética de la propiedad privada” cap. 1. Oro, Ángel (2012) “Una crítica a la teoría de los fallos del mercado desde la perspectiva de la escuela austriaca”. Bastos, Anxo (2005) “¿Puede la intervención estatal ser justificada científicamente? Una crítica” Procesos de mercado Nº. 1, 2005, págs. 1-51.
[27] Esta argumentación propone sacar a luz lo contradictorio de la posición de Rand que mientras convierte la policía, las fuerzas armadas y los tribunales de justicia en bienes públicos, las ideas las convierte en bienes privados mediante los Derechos de Monopolio Intelectual.
[28] Hoppe, Hans-Hermann (2009) “La ética y economía de la propiedad privada” p. 13. Escribe: “casi toda acción de un individuo puede alterar el valor (precio) de la propiedad de otra persona. Por ejemplo, cuando el individuo A entra al mercado de trabajo o matrimonio, eso puede cambiar el valor del individuo B en esos mercados. Y cuando A cambia sus valoraciones relativas respecto a cerveza y pan, o si A decide convertirse él mismo en fabricante de cerveza o pan, eso cambia el valor de la propiedad de otros productores de cerveza y pan”.
[29] Departamento de Estado de Estados Unidos (2009) “eJournal USA” Volumen 14 / Número 10 p.8.
Publicado originalmente en el Inst. Mises Colombia, el artículo original se encuentra aquí.
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