[Publicado originalmente en Neue Freie Presse, Viena, el 27 de agosto de 1924]
Eugen von Böhm-Bawerk nunca será olvidado por todos aquellos que le conocieron. Los alumnos que disfrutaron de la fortuna de atender sus seminarios nunca perderán los conocimientos que les dio una mente tan poderosa. Para los políticos que le han conocido como estadista, la integridad de su ética y su compromiso altruista con el deber continuará siendo ejemplar. Ningún ciudadano de este país olvidará al ministro de finanzas, el último ministro austriaco de finanzas que, a pesar de todos los obstáculos, pretendió sinceramente equilibrar el presupuesto público e impedir la inminente catástrofe financiera. Pero incluso cuando las vidas de todos aquellos que le hayan conocido personalmente hayan llegado a su fin, su obra científica vivirá y dará frutos.
En su trabajo científico Böhm-Bawerk se centró desde principio en el problema central de la economía teórica, el problema del interés. Con 25 años, en la primavera de 1876, dio una conferencia sobre el interés sobre el capital en el seminario Knies[1] en Heidelberg que ya contenía las principales características de lo que posteriormente se convertiría en su famosa teoría del descuento del interés. Sin embargo, antes de que pudiera publicar su obra había preguntas preliminares difíciles de responder. Fue a estas cuestiones a las que dedicó su trabajo. Siempre teniendo en cuenta el objetivo final, publicó Rechte und Verhältnisse vom Standpunkte der volkswirtschaftlichen Güterlehre en 1881, Die Geschichte und Kritik der Kapitalzinstheorien en 1884, Grundzüge der Theorie des wirtschaftlichen Güterwertes en 1886 y finalmente su Teoría positiva del capital en 1889. Su obra se había completado en ese momento. Como secretario legal sénior y jefe de división en el ministerio de finanzas como imperial y real ministro de finanzas y Presidente del Senado del Tribunal Administrativo Supremo tuvo muy poco tiempo disponible en los años siguientes para llevar a cabo ningún trabajo científico. Solo después de 1904, cuando se retiró del cargo por tercera y última vez, pudo dedicarse de nuevo sin alteraciones a su investigación. Una serie de obras excelentes es el fruto de su incansable esfuerzo durante la última década que pudo vivir. Murió el 27 de agosto de 1914, cuando los ejércitos austriacos estaban a punto de entrar en las primeras batallas de la Gran Guerra en Polonia y Galitzia Oriental.
La obra científica de Böhm-Bawerk ha encontrado rápidamente al reconocimiento que merece con creces. Su obra magna fue traducida al inglés por William Smart ya en 1890; poco después le siguió una edición en francés. En Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Italia, Holanda, Suecia y Dinamarca su doctrina se convirtió en el punto de partida para posteriores análisis y estudios en profundidad. Es verdad que en Alemania estuvo ausente durante mucho tiempo una comprensión de los logros de Böhm-Bawerk. La doctrina prevaleciente en las universidades le ignoró. Llevó décadas que los logros de la “escuela austriaca” fueran reconocidos en el Reich. Sin embargo, hoy se considera una gran desgracia que solo esté fácilmente accesible la obra maestra de Böhm-Bawerk, que ya está en su cuarta edición en idioma alemán. Sus escritos más breves, que son indispensables para cualquier amigo de la investigación económica, son bastante difíciles de encontrar. Es por tanto una empresa digna de encomio la reedición de estas en una colección. Un alumno de Böhm-Bawerk, conocido por diversas obras científicas, ha puesto su empeño en esta tarea.[2] El magnífico volumen, que está adornado con un magnífico retrato de Böhm, contiene la obra mencionada Rechte und Verhältnisse, junto con un tratado sobre teoría general y metodología, ensayos sobre la teoría del Valor y finalmente un ensayo que se ha publicado los días 6, 8 y 9 de enero de 1994 en Neue Freie Presse, titulado “Unsere passive Handelsbilanz”. Empieza con una breve introducción biográfica del editor, el Dr. Franz X. Weiss. Los ensayos sobre capital de interés, que no están incluidos en esta colección, serán reeditados en un volumen independiente.[3]
Alabar el tremendo valor de las obras teóricas recogidas en este tomo sería como llevar búhos a Atenas.[4] Para los expertos y numerosos intelectuales preocupados por cuestiones económicas, esto no sería nada nuevo. Citemos, sin embargo, algunas frases del ensayo antes mencionado sobre el equilibrio pasivo del comercio, solo para destacar la agudeza con la que Böhm se apresuraba a señalar el problema fundamental subyacente de nuestras finanzas estatales. Este dice:
Economizar nunca es popular. (…) Si los parlamentos han sido históricamente los guardianes del ahorro, ahora se han convertido más bien de sus enemigos jurados. Hoy en día, los partidos políticos y nacionales (tal vez no exclusivamente en nuestro propio país, pero indudablemente también aquí) tienden a desarrollar cierta avaricia, casi considerada como obligatoria, para todo tipo de prestaciones para su propio electorado a costa del público general. Y cuando la situación política es relativamente cómoda, es decir, si es relativamente incómoda para el gobierno, los fines propios pueden alcanzarse a través de presión política.
Nuestra población sufre megalomanía económica. Esto se demuestra, entre otras cosas, por las “inversiones del bolso público”. A menudo nos equivocamos cuando se usa el famoso lema de la “productividad indirecta” del gasto público, aunque a veces las ventajas indirectas de las empresas públicas, que no son rentables por sí mismas, puedan exceder la cantidad que haya que pagarse con fondos públicos para sus operaciones de pasivo. Los “elogios ciegos de políticas frívolas de inversión” apreciarán los errores de su aproximación “ solo cuando, como en estos días, se hayan agotado las existencias de capital por parte del sector público a lo largo de muchos años hasta un grado en que falte ese capital para las empresas privadas más importantes y vitales en todos los ámbitos, solo cuando muchas empresas empiecen a tambalearse, muchos proyectos tengan que permanecer sin realizar y todos sufran gravemente por el mayor tipo de interés”.
Estas fueron las últimas palabras que dirigió Böhm-Bawerk a las autoridades financieras de Austria. Hoy estarían más valoradas que en el momento en que fueron publicadas por primera vez en este periódico.
El artículo original se encuentra aquí.
[1] Karl Knies (1821–1898), seguidor de la Escuela Histórica Alemana, fue profesor de economía política (Staatswissenschaften) en la Universidad de Heidelberg durante más de treinta años.
[2] Gesammelte Schriften von Eugen von Böhm-Bawerk, editado por Franz X. Weiss y publicado por Hölder-Pichler-Tempsky A.G., Viena y Leipzig, 1924.
[3] En realidad, sus obras sobre capital e interés, incluyendo sus dos tratados más grandes, han sido reeditados en la conocida edición en tres tomos. El tercer volumen contiene Otros ensayos sobre capital e interés.
[4] Es un antiguo proverbio griego. El búho era el símbolo de la ciudad de Atenas. Los búhos adornaban el techo del antiguo partenón, así como de las monedas de plata de los atenienses. Por tanto, “llevar búhos a Atenas” significa hacer algo innecesario o superfluo.
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