La asamblea legislativa del estado de Colorado está considerando acabar con su larga prohibición de las navajas automáticas. Habéis leído bien. En un estado en el que prácticamente cualquiera sin un historial delictivo puede comprar una pistola (y en el que las tasas de homicidios son bastante bajas, eso sí) las navajas automáticas están verboten.
Entretanto en el Congreso se ha presentado la Ley de Protección de los Poseedores de Cuchillos, un intento de derogar leyes federales contra la fabricación o distribución de navajas automáticas. En concreto, el 15 U.S. Code § 1242-1243 dice actualmente:
Quien introduzca conscientemente o fabrique para la introducción en el comercio interestatal o transporte o distribuya en el comercio interestatal una navaja automática será multado con no más de 2.000$ o encarcelado no más de cinco años o ambas cosas.
Quien, dentro de cualquier territorio o posesión de los Estados Unidos, dentro de territorio indio (…) o dentro de la jurisdicción marítima y territorial especial de Estados Unidos (…) fabrique, venda o posea una navaja automática será multado con no más de 2.000$ o encarcelado no más de cinco años o ambas cosas.
En otras palabras, si llevas una navaja automática y cruzas la frontera estatal, te puedes encontrar afrontando una pena potencial de prisión de cinco años.
Por supuesto, una vez llegues a tu destino puedes seguir afrontando leyes estatales que prohíben las navajas automáticas.
Por ejemplo, en Colorado poseer “una porra, un arma de aire comprimido, nudillos metálicos, una navaja de gravedad a una navaja automática” (sin antecedentes penales) es un delito de Clase 5, que puede aparejar tres años de prisión. La reincidencia puede acarrear hasta seis años de prisión.
Además muchas de estas leyes estatales se definen vagamente, así que a menudo se crean para que las fuerzas de orden público las apliquen a cualquier arma blanca que puede usarse con una mano. El estado de Nueva York ha usado leyes como estas para perseguir a “delincuentes” no violentos durante décadas.
Todo este asunto nos ayuda a destacar el completo capricho e ignorancia que hay al aprobar leyes, especialmente las dirigidas hacia la imposición de prohibiciones y penas de prisión draconianas.
¿Por qué son ilegales estar navajas?
Todas las evidencias apuntan hacia legisladores en contra de ese tipo de navajas debido a las películas de Hollywood y la cultura popular.
La prohibición de Colorado data de 1963 y la federal “Ley de Navajas Automáticas” fue aprobada en 1958. No es coincidencia que estas leyes llegaran después de numerosos largometrajes notables de Hollywood que mostraban navajas automáticas, incluyendo Rebelde sin causa, Crimen en las calles, Los delincuentes y West Side Story.
En ese momento las películas promovieron un pánico moral entre ciudadanos “respetables” que llegaron a creer que las navajas automáticas estaban alimentando la actividad de las bandas. Peor fue el hecho de que muchos de estos supuestos gánsteres fueran de etnias morenas como los hijos de inmigrantes italianos y portorriqueños.
Por supuesto, no había estudios con respecto a los efectos reales de las navajas automáticas, su letalidad, quién las estaba usando o cómo se usaban. La aprobación nuestras leyes nunca se ha demostrado que tuviera ningún impacto sobre los delitos violentos o los homicidios. Sin embargo, sí sabemos que la prohibición proporciona otro medio a las fuerzas de policía para acusar y perseguir a ciudadanos que no han cometido ningún delito real violento o contra la propiedad. Por ejemplo, la policía de Nueva York presumía de haber incautado 18.000$ a un hombre sin ninguna causa probable más que el hecho de que tenía una “navaja de gravedad” ilegal. Tal vez más infame fue que la policía de Baltimore se viera obligada a admitir que la única justificación que tuvieron para arrestar a Freddie Gray (que murió posteriormente bajo custodia policial) era una denuncia de que portaba una navaja automática ilegal.
Así que estas leyes se aprobaron en ausencia de cualquier evidencia de que mejoraran realmente la seguridad pública. Se aprobaron porque algunos votantes y políticos vieron algunos largometrajes de Hollywood y eso fue lo que pasó. Cualquiera familiarizado con el proceso legislativo no se sorprenderá por esto, pero este método de hacer leyes no es indudablemente el que se enseña en las clases de civismo del instituto.
Como motivo para que la legislación federal y estatal incluya fuertes penas de prisión, esto no sorprendería por lo absurdo como algo sin precedentes si no fuera por el hecho de que otras prohibiciones federales se han visto fortalecidas por propaganda tragicómica como Reefer Madness, que afirma que fumar unos pocos porros de marihuana convierte a las mujeres en prostitutas y a los hombres en asesinos a sangre fría.
Incluso hoy, además de las leyes federales, 14 estados siguen prohibiendo las navajas automáticas, lo que significa que los ciudadanos continúan estando abiertos a abusos por parte de cargos públicos que busquen violentar a algunos ciudadanos locales o apropiarse de algún dinero fácil.
El artículo original se encuentra aquí.
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