¿No sería maravilloso que hubiera una bala mágica que al mismo tiempo aumentara los salarios y el empleo y también rebajara los precios para los consumidores?
De hecho, estos son solo algunos de los beneficios que produciría la reforma completa de las costosas licencias profesionales, según un informe publicado por el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, el Departamento del Tesoro y el Departamento de Trabajo.
En Occupational Licensing: A Framework for Policymakers, los autores observan que “los sistemas actuales de licencia (…) impiden que los trabajadores tengan éxito en el mejor trabajo para ellos”, llevando a un mercado laboral ineficiente y a un crecimiento económico reducido.
Esto es especialmente cierto en Nevada, donde las tarifas excesivas y los largos periodos obligatorios de formación hacen de este estado uno de los más “onerosos con respecto a las licencias” en la nación, de acuerdo con un estudio de 2012 del Institute for Justice.
Las leyes de licencia son apropiadas para profesiones que conlleva un riesgo sustancial de daño físico. Pero las de nevada van mucho más allá de esa consideración estrecha. De hecho casi el 31% de los trabajadores del estado deben obtener antes aprobación pública para trabajar: la segunda tasa más alta de toda la nación. En comparación, la tasa nacional en la década de 1950 era sólo del 4%.
Para muchas de estas profesiones, la licencia es sencillamente inapropiada. Consideremos la ley de 2011 que hizo un delito practicar musicoterapia sin licencia. Pero incluso para profesiones donde la licencia es apropiada, Nevada es a menudo demasiado exigente, con tarifas exorbitantes y períodos prolongados de formación que no tienen ninguna relación con el supuesto propósito de la regulación de salvaguardar “vida, salud y propiedad”.
Por ejemplo, los peluqueros deben someterse al récord nacional de 890 días de educación y aprendizaje, pasar cuatro exámenes y pagar 140$ de tarifa. Añadamos a esto el hecho de que Nevada no ofrece reciprocidad para licencias obtenidas en otros estados, incluyendo los otros 33 estados que requieren, como máximo, 350 días de educación y formación.
Sin embargo, un técnico médico de urgencias puede recibir una licencia después de sólo 26 días de educación.
Obreros generales (como pintores, ebanistas y plomeros) deben pagar una tarifa record a nivel nacional de 1.030$ y perder cuatro días de aprendizaje antes de que el estado les permita trabajar.
Y luego está la más indignante forma de protección sectorial del país: las licencias de los diseñadores de interiores de Nevada, una profesión para la que otros 46 estados no requieren correctamente ninguna licencia en absoluto. Nevada reclama el pago de una tarifa de 250$ y seis años educación o experiencia antes de que se le permita dispensar un consejo tan potencialmente peligroso como qué sofá o mesa de café iría mejor con la decoración del salón.
El daño causado por estas leyes es profundo.
Un estudio recién publicado de la Universidad del Estado de Arizona descubre que los estados con licencias más difíciles de conseguir experimentaron niveles más altos de reincidencia penal que los demás. Esto valida la intuición de sentido común de que limitar el acceso al empleo lucrativo solo perjudica a los que tratan de reconstruir sus vidas.
¿Qué causó tal proliferación de leyes injustas y dañinas?
Décadas de investigación empírica han descubierto que el “grado de influencia política” es “uno de los factores más importantes para determinar si los estados regulan una ocupación”, de acuerdo con los autores del informe de la Casa Blanca. En otras palabras, un exceso de leyes de licencia es promovido habitualmente desde el interior de los sectores, que son los que se benefician directamente de la capacidad de excluir legalmente a potenciales competidores. Este es el peor de los capitalismo se compinches. El gobierno debería estar facilitando el deseo de los habitantes de Nevada de ganarse honradamente la vida, no restringiéndoles de tal manera que los que tengan buenas relaciones políticas puedan beneficiarse.
Muchos de los requerimientos de licencia para profesiones como diseñador de interiores y musicoterapeuta deberían simplemente derogarse. Para aquellas profesiones en las que el licenciamiento sea apropiado, las tarifas y requisitos educativos deberían reducirse drásticamente para alinearse mejor con verdaderos riesgos de seguridad.
El Institute for Justice ha diseñado legislación modelo para hacer justamente eso. Es un gran recurso para cualquier legislador buscando ayudar a crear empleo, impulsar la economía de nevada y, lo que es más importante, restaurar el derecho de los habitantes de este estado para ganarse la vida sin verse acosados por tarifas y restricciones públicas excesivas.
El artículo original se encuentra aquí.
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