Frente a los defensores del sistema de pérdidas y ganancias, muchos reformistas de la atención sanitaria creen que la medicina socializada puede mejora progresivamente precio, cantidad y calidad en la atención sanitaria. ¿Pero puede la medicina socializada alcanzar este objetivo? La teoría contable responde que no.
Todos los defensores de la medicina socializada cometen un error intelectual esencial: ignoran la abrumadora importancia social de la contabilidad financiera. La contabilidad financiera es el lenguaje de los negocios, el lenguaje de la producción. Para entender completamente el principal problema de la medicina socializada es necesario empezar con la función social de la contabilidad financiera.
La función social de la contabilidad
Los consumidores son supremos en un sistema de pérdidas y ganancias. Los consumidores determinan en último término qué se producirá, cómo y en qué cantidad y calidad. El consumo es el propósito último de toda la producción y es imposible obtener ganancias produciendo bienes que los consumidores no quieren consumir. Las decisiones de los consumidores de comprar o no comprar determinan en último término las pérdidas y ganancias de todos los productores. Para entender la función social del lenguaje de la contabilidad es muy importante darse cuenta de que los consumidores regulan la producción en un sistema de pérdidas y ganancias.
El mecanismo de pérdidas y ganancias obliga a los productores a obedecer a los consumidores. El beneficio es una señal de que los consumidores están satisfechos. Por contrario, las pérdidas indican que las actividades empresariales no han satisfecho las necesidades más urgentes de los consumidores. Además, las pérdidas no pueden continuar eternamente. Un productor que fracase constantemente en satisfacer a los consumidores sufrirá pérdidas constantes hasta que finalmente quede fuera del negocio. El mecanismo de pérdidas y ganancias obliga a toda empresa que sufra pérdidas a ajustar sus actividades de producción para la mejor satisfacción posible de los consumidores. Las pérdidas y ganancias son las fuerzas que hacen supremos a los consumidores en la economía de mercado.
La contabilidad financiera es el sistema de información que reporta las pérdidas y ganancias de las actividades de producción. En otras palabras, la contabilidad financiera es el lenguaje que comunica si las actividades empresariales están haciendo un buen o mal trabajo para satisfacer a los consumidores. Un beneficio en la cuenta de resultados informa al productor que está haciendo un buen trabajo satisfaciendo a los consumidores. Por contrario, una pérdida en la cuenta de resultados dice al productor que no está satisfaciendo a los consumidores.
Más allá de las cuentas generales del negocio, la contabilidad da pistas sobre cómo mejorar las operaciones. Pueden calcularse las pérdidas y ganancias para cada segmento del negocio. Las pérdidas en un segmento del negocio significan que los recursos deberían trasladarse hacia otros segmentos. La contabilidad dice a los negocios si lo están haciendo bien o mal y sugiere cómo ajustar las operaciones para satisfacer mejor a los consumidores. En resumen, la contabilidad financiera es el lenguaje de la producción y su propósito es buscar la mejor satisfacción posible de los consumidores.
La contabilidad financiera es imposible con medicina socializada
Igual que cualquier lenguaje, la contabilidad financiera no es perfecta. Hay que destacar repetidamente un límite de la contabilidad en el debate sobre la medicina socializada: la contabilidad financiera no puede existir sin precios monetarios. La contabilidad financiera es imposible si los compradores no pagan precios monetarios por bienes y servicios. En un sistema socializado de atención sanitaria, los consumidores (o pacientes) no intercambian dinero por sus servicios médicos. Por tanto, no hay precios monetarios para el tratamiento médico en un sistema de atención sanitaria socializada. Esto significa que la contabilidad financiera es imposible con medicina socializada.
Para demostrarlo, consideremos la primera línea en la partida del activo: ingresos. El ingreso equivale al precio por la cantidad. Un sistema de atención sanitaria socializada puede indudablemente registrar la cantidad de servicios sanitarios proporcionados. Sin embargo, algunos pacientes no pagan precios monetarios por su atención médica. Y si no hay precios, es imposible calcular los ingresos. Esto significa que la primera partida del activo, los ingresos, no puede calcularse en un sistema de atención sanitaria socializada. Pero si no hay un ingreso calculado, no hay un beneficio bruto calculado ni un activo neto. Dicho de manera sencilla, no hay partida de ingresos en un sistema de medicina socializada.
Sin partida de activo, un sistema de atención sanitaria socializada nunca sabrá realmente si está haciendo un trabajo bueno o malo a la hora de satisfacer a los consumidores. Además, será imposible calcular las pérdidas y ganancias para cada segmento del sistema. Esto significa que será difícil de saber qué segmentos actúan bien o mal. Sin pérdidas y ganancias, un sistema de atención sanitaria socializada nunca sabrá realmente cómo trasladar recursos preciosos para mejorar la satisfacción del consumidor.
La ausencia de una partida de ingresos en un sistema de atención sanitaria socializada afecta a todas las demás partidas financieras. La partida de ingresos entra en el balance, el flujo de caja y el capital social. Por tanto, bajo medicina socializada, el problema de la falta de medición del ingreso reverbera través de todo sistema de la contabilidad financiera.
El balance pierde toda importancia económica en un sistema socializado. Los activos más importantes del sistema de atención sanitaria son los activos a largo plazo, los activos que proporcionan servicios sanitarios a lo largo de muchos años. El valor de un activo equivale al valor actual de sus futuros flujos de caja. Pero si no se pagan precios monetarios, los activos no producen flujos de caja. Y sin flujos de caja, es imposible calcular el valor actual de los activos. El balance no tiene económicamente ningún sentido en un sistema de medicina socializada, porque no hay manera de calcular el valor de los activos a largo plazo
Bajo la medicina socializada, no hay pérdidas y ganancias de los servicios médicos existentes y es imposible calcular el valor actual de los activos que ya existen en el sistema. Pero asignar los activos que ya existen en el sistema es solo parte del problema. El objetivo de la reforma de la atención sanitaria es establecer un sistema que mejore continuamente precio, cantidad y calidad de la atención médica. Esto requiere hacer nuevas inversiones en el futuro de la atención sanitaria.
En cualquier momento, habrá un rango completo de opciones de inversión disponibles para el sector médico. Sin embargo, los recursos son escasos. Es imposible invertir en todos los proyectos de inversión y es esencial asegurar que los recursos escasos no se inviertan en proyectos inútiles. En cualquier sistema de atención sanitaria debe haber alguna manera de clasificar los posibles proyectos de tal manera que la inversión solo se realice en los más importantes.
El valor neto actual ese concepto más importante de la teoría de la inversión. El valor neto actual se usa para clasificar proyectos de inversión en competencia. Los proyectos con los mayores valores netos actuales son los proyectos más importantes, así que la inversión debe producirse primero en aquellos proyectos con los mayores valores netos actuales. Por otro lado, un valor neto actual negativo indica que los recursos escasos se desperdiciarían sí se invirtieran en el proyecto. El valor neto actual es una herramienta indispensable de inversión de la humanidad, ya que se requiere para asegurarse de que los recursos escasos se invierten en los proyectos más importantes en lugar de en proyectos inútiles.
Sin embargo, bajo medicina socializada es imposible calcular el valor neto actual de la inversión en medicina. Estos proyectos nunca generarán flujos de caja, porque no se pagan precios monetarios por sus servicios. Y como no hay precios monetarios, es imposible prever y descontar los flujos de caja futuros. Bajo medicina socializada, los directores del sistema pierden la herramienta indispensable para la humanidad para tomar decisiones de inversión. Como consecuencia, la medicina socializada debe llevar a decisiones irracionales de inversión con respecto al futuro de la atención sanitaria.
Conclusión
Por desgracia, la humanidad vive en un mundo de escasez. Eso significa que la humanidad debe producir para sobrevivir. Como los seres humanos deben producir, debe haber algún sistema para determinar si la producción tiene éxito, es decir, si la producción satisface los deseos humanos. La contabilidad financiera es el sistema de información, o lenguaje, desarrollado por la humanidad para indicar si la producción tiene éxito (beneficio) o fracasa (pérdida). La contabilidad financiera es absolutamente esencial para la humanidad porque es el lenguaje de la producción.
Como cualquier otro bien o servicio, la atención sanitaria es escasa y debe producirse. En la medicina, como en cualquier otro sector, la humanidad requiere algún sistema para determinar si los productores están satisfaciendo las necesidades más urgentes de los consumidores. Pero, en caso de la medicina, el consumidor es el paciente y no satisfacer al consumidor puede ser fatal. Por esta razón, la contabilidad financiera, el sistema de evaluar la satisfacción del consumidor, es más importante en la atención sanitaria que tal vez en cualquier otro sector.
Sin embargo, socializar la medicina hace imposible la contabilidad financiera del sistema de atención sanitaria. Esto significa que la medicina socializada no tiene lenguaje, ni sistema para verificar si se están satisfaciendo las necesidades más urgentes de los pacientes de la mejor manera posible. Es imposible para los directores del sistema determinar si los recursos médicos escasos están satisfaciendo las necesidades más urgentes de los pacientes o si esos recursos preciosos se están desperdiciando. Sin contabilidad financiera, las decisiones de producción en los sistemas socializados de atención sanitaria son siempre irracionales. Consecuentemente, un sistema socializado de atención sanitaria será arbitrario, caótico e ineficiente.
En el polémico debate sobre la reforma de la atención sanitaria, es importante recordar que casi todos están de acuerdo con el objetivo último de la reforma. Todos quieren un sistema que mejore continuamente precio, cantidad y calidad en la atención sanitaria. La medicina socializada no puede lograr este objetivo porque elimina el lenguaje de la producción: la contabilidad financiera. El sistema de pérdidas y ganancias no es perfecto, pero en los asuntos humanos no existe la perfección. A pesar de sus imperfecciones, un sistema de atención sanitaria basado en pérdidas y ganancias es la única manera de mejorar progresivamente precio, cantidad y calidad en la atención sanitaria.
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