lunes, 26 de diciembre de 2016

El libervencionismo cabalga de nuevo, por Mises Hispano.

stromberg-290x300El árbol torcido de la libertad – ¡en efecto!

Algún tiempo atrás acuñé el término “libervencionismo” como una abreviación de “intervencionismo libertario”. Este último lo tomo como una contradictio in adjecto. Sin embargo, hay algunos que aseguran ser libertarios—y que se ha observado que lo son—que adoptan una línea a favor de una u otra iniciativa del imperio estadounidense. Tal vez no apoyen todos y cada uno de los fuertes bombardeos para escoger, pero su apoyo a cualquiera de esas filantropías es un tanto problemático.

No hay nada como una buena crisis para revelar las fallas en cualquier movimiento ideológico. La postura actual de un número de fundaciones y publicaciones oficiales libertarias ha sido más instructiva que miles de pequeños y congestionados seminarios sobre des-municipalizar los servicios de recolecta de residuos (parafraseando uno de los anatemas del Buckley de los años 60). La revista Reason(Razón en español), nunca especialmente buena en temas de política exterior, ha sufrido un gran relapso hacia el libervencionismo, mientras el Cato Institute(Instituto Cato o El Cato), reposando en el vientre de la bestia, ha tomado vengativamente una visión imperialista de “defensa”.

Muchos auto-denominados libertarios y liberales clásicos han tomado últimamente el papel de belicistas a tal punto que no sería una sorpresa si relativamente pronto comenzarían a galardonar con premios y medallas a la libertad a cada belicista exagerado que haya “servido” en el más alto cargo público. Aún peor, han comenzado a sermonear a aquellos que todavía advierten sobre los riesgos de la constante intervención sobre sus pecados que describen como “libertarianismo anti-estatista”, falta de realismo, adherencia excesiva a dogmas y posiciones de “credo”, etc.

El CATO no lee sus propias cartas

El libervencionismo es sintomático de los textos de Brink Lindsey, cuyo trabajo enCato Institute involucra promover el comercio global. Su visión sobre política externa, insiste, puede que no sea la misma que la de sus empleadores—y todo bien hasta ahí—sin embargo, es algo raro que alguien tan interesado en el comercio global tome las posiciones que él toma. El libertarianismo “aislacionista”, argumentó el nueve de abril, descansa en “una falla para entender el rol esencial de la coerción para salvaguardar la libertad.” Aún peor, aquellos libertarios son precipitados anti-estatistas que se inclinan hacia un anarquismo de libre mercado y que “contienden que crear una guerra fuera de las propias fronteras es inconsistente con la defensa de la libertad.”

Bueno, me disculpo, pero siento que sí tenemos una comprensión del rol de la coerción en el mundo y hemos concluido que tiene muy poco que ver con salvaguardar la libertad. De hecho, sucede lo contrario. Las analogías elaboradas entre la protección de las personas y la propiedad mediante ejecución de la ley, de una mano, y mercantilismo imperial global, en la otra, están determinadas a fallar. La contradicción, por no decir la futilidad e inmoralidad, de imponer el orden mundial mediante misiles de crucero para que el comercio pueda entonces florecer no precisa de mucha elaboración. Las personas de Cato deberían leer más los trabajos de sus compañeros. Los autores Christopher Layne y Benjamin Schwarz han hecho muy buenos trabajos con respecto a estos temas, al igual que Ted Carpenter anteriormente.

Algunos libertarios, argumenta Lindsey, fallan al “observar la importancia del contexto” y tengo que estar en desacuerdo. Podemos leer un poco de historia, tal vez un poco más de lo que él ha leído, y encontrar que el contexto difiere mucho de lo que él imagina. Propone algunas preguntas retóricas interesantes en cuanto la historia.

“¿Es el mundo menos libre…”, pregunta, “…porque el poder militar ha visto y repudiado la expansión del Islam?” Yo respondo que aquellas partes de Europa amenazadas por el Islam tienen todo su derecho a la auto-defensa y, sí, estarían mejor si lo hubiesen hecho. Es difícil ver como el mundo, como tal, entra en este tema. Pregunta si el mundo es “…menos libre porque los británicos desafiaron y eclipsaron el poderío marítimo español.” Aquella es difícil de responder. Sería difícil dar una respuesta definitiva sin adoptar la Leyenda Negra de que la España católica se considera que llevó a cabo un imperio maligno, mientras Gran Bretaña solamente entró al contexto global para propagar la common law (derecho común) y el buen desarrollo. Sólo un pie de página a estas ideas, una cosa que los británicos obtuvieron de estas filantropías fue el asiento—el monopolio del intercambio de esclavos transatlántico, lo cual es terrible de su parte y odio tener que señalarlo.

Después pregunta si el éxito británico en perseguir a los imperialistas franceses fuera de Norteamérica dejó al mundo “menos libre”. Los problemas son similares y mientras haya una fórmula fija que determine que el imperialismo británico y el mercantilismo siempre son liberadores, yo preferiría no decidir entre estos bloques imperialistas rivales. Han tenido demasiados problemas con esto en el siglo XVIII. Incluso, contraargumentos a los beneficios del régimen británico son lejos de ser escasos—se podría mencionar Irlanda—y si el régimen británico es tan maravilloso… ¿Por qué hubo una Revolución Estadounidense?

Otros casos son aducidos, que de alguna forma se agregan al argumento de que el mundo es más libre precisamente por el resultado de cada situación nombrada. Ciertamente, si el presente es el mejor de todos los posibles mundos o de hecho el único mundo que podría existir, entonces todo lo que ha llevado a este punto hubiese sido necesariamente bueno. Realmente, eso no tiene coherencia alguna. No da lugar al accidente, insensatez, estupidez, y al quedar impune frente a actos criminales, todo lo cual ha pasado en la historia. Quizás el grupo de Cato/Reasonquiera poner en marcha una defensa sistemática de todas las atrocidades, crímenes de guerra, y otras locuras que han contribuido a la construcción global del mundo como existe actualmente. Quizás este no sea el caso.

Bueno, es demasiado difícil resolver, mucho menos responder al Mundo. Sería demasiado mantener libre el propio país. Hay razón para creer que la cruzada de la libertad mundial debilita la misma en el propio patio trasero. Un asunto complicado. Con frecuencia mata grandes números de personas, con quienes hubiésemos tratado de otra manera, pero dejo esto aparte como una mera inconveniencia del arte de la forma.

¿Por qué hubo un movimiento libertario en primer lugar?

Murray Rothbard y sus asociados no buscaron arbitrariamente crear un movimiento libertario solamente para buscar algo que hacer. Tenían en cuenta el compromiso del movimiento conservador con el imperialismo de la Guerra Fría y el intervencionismo y decidieron que la libertad merecía mejores defensores. Ellos hicieron un análisis sistemático sobre cómo la política exterior refleja la sociedad que la aplica, cómo fortalece el estatismo doméstico, como se puede arriesgar hasta llegar a una guerra sinsentido, y así sucesivamente. No se enfocaron mucho en las “glorias” de la guerra y del imperio.

Si el grupo Cato/Reason –y existen otros aliados con ellos en esta materia—dejan de aceptar dicho análisis, por todos los medios permítanlos unirse al Partido Republicano, permítanlos agasajar a grandes belicistas del pasado. ¿Pero deben mantener la premisa de creer en el libre mercado, el reduccionismo, la paz, y otros puntos del liberalismo clásico? Permítanlos “reinventar” el liberalismo, nuevamente. Se ha hecho antes, y los resultados son deplorables, pero fueron lo más cercanos para que el gobierno funcione.

Que no os preocupen los pelotudos de Washington

Después de todo, sentado aquí en la Ciudad Madre del Imperio, nombrada en honor a George Washington, sería fácil olvidar lo que Washington realmente aconsejó a sus compatriotas que hagan con respecto a sus relaciones exteriores. Ya saben…la parte sobre tratar a todos justamente, no desarrollar parcialidad frente a naciones en particular, comerciar con todos sin ninguna conexión policía con ellos.

Discutiblemente, esto era mejor para los estadounidenses, y—aunque indirectamente—para el mundo. Pero supongo que este tipo de cosas es una causa anticuada para los dinamistas y capitalistas de libre mercado.


Publicado originalmente el 13/04/2002

Traducido del inglés por Diego Freire. El artículo original se encuentra aquí.

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