viernes, 14 de septiembre de 2018

La reseña de Schumpeter de los “Principios de economía” de Frank A. Fetter, por Mises Hispano.

[Quarterly Journal of Austrian Economics (Primavera 2018): pp. 52-59]

Nota del traductor:

La atención hacia esta reseña del libro de texto de Frank Fetter por Joseph A. Schumpeter se inició por parte del Dr. Matthew McCaffrey de la Universidad de Manchester, que sugirió una traducción. Fue publicada originalmente en alemán en el Volumen 17 de la prestigiosa revista austriaca de economía de principios del siglo XX: Zeitschrift für Volkswirtschaft, Sozialpolitik und Verwaltung (Revista de Economía, Política Social y Administración). La revista estaba editada por algunos de los economistas más eminentes de Austria de esos tiempos, es decir, Eugen von Böhm-Bawerk (1851–1914), Theodor von Inama-Sternegg (1843–1908), que murió poco después de la publicación del volumen 17, así como Eugen von Philippovich (1858–1917), Ernst von Plener (1841–1923) y Friedrich Freiherr von Wieser (1851–1926). La explicación del texto de Fetter es parte de una serie de nueve reseñas de libros de Schumpeter contenidas en este volumen. En ellas, reseñaba nuevas publicaciones en inglés, francés y alemán, incluyendo E. R. A. Seligman’s Principles of Economics, de E. R. A. Seligman; Principles of Economics, A Fragment of a Treatise on the industrial mechanism of Society and other Papers, obra póstuma e inacabada de William Stanley Jevons; L’idée du juste salaire, de Léon Polier and la biolgrafía de Bastiat en alemán de H. von Leesen.

La reseña de los Principios de Fetter es la última de la serie y también es la más laudatoria. Schumpeter destaca que el libro es más que meramente un libro de texto y destaca la relación cercana entre la teoría de Fetter y la economía de la Escuela Austriaca. La reseña es por tanto de interés desde la perspectiva privilegiada de la historia del pensamiento económico. En particular, Schumpeter reconoce la importancia de la clasificación de Fetter de la actividad empresarial (la “función del empresario” en palabras de Fetter) como otra forma de trabajo. Sin entrar en detalles, Schumpeter apunta las implicaciones sociales extremadamente importantes que sugiere este punto de vista, pero luego procede a un breve rechazo de esta postura desde la perspectiva de la teoría económica pura.

Karl-Friedrich Israel

 

Reseña 9:

Frank A. Fetter, Principios de economía

Nueva York: The Century Co. (1905)

Joseph A. Schumpeter[1]

Este libro sin duda merece especial atención, no solo como libro de texto rico en contenido, sino también como logro científico. De nuevo hay un enfoque sobre la teoría, que se basa enteramente en el fenómeno del valor. Esto atrae claramente la atención del lector ya desde la estructura del libro, que se orienta hacia el valor. Como tal, la tarea es apreciable, ya que, si hay que basarla en solo un principio, significa un paso adelante hacia la unificación del edificio de nuestra ciencia. Sin embargo, analizando algunas otras cosas aparte la teoría pura dentro del mismo sistema (si se trata de ajustar todo al mismo esquema) se espera demasiado de esta base del valor. La primera parte [del libro] se titula “El valor de las cosas materiales” y ofrece una doctrina de las necesidades, una introducción a la ley de la utilidad marginal y otros aspectos básicos de una manera muy similar a la que presentarían los economistas más “psicológicos”. Estas líneas, que son muy atractivas y claras, recuerdan a las de los defensores de la Escuela Austriaca. De hecho, Fetter está más cerca esta última que los demás teóricos estadounidenses.

La ley de los retornos decrecientes queda en segundo plano y aparece casi únicamente como una concesión formal a la práctica estadounidense cuando se le da un capítulo especial en la sección sobre conceptos fundamentales. Igualmente, es únicamente una medición terminológica sin ninguna importancia sustantiva cuando el autor extiende el término renta a toda ganancia física y de valor. En relación con esta última deberíamos señalar la elegante expresión “renta psíquica”, que indudablemente merece usarse más. Aquí nos gustaría quejarnos solo de una cosa. La expresión se define como una forma de utilidad total, obtenida por el producto de la cantidad de un bien que posee un agente económico y su utilidad marginal. Esta noción de utilidad total puede encontrarse bastante frecuentemente en las obras de teóricos notablemente no matemáticos. Se basa en el supuesto de que, en cualquier momento dado, todas las unidades del bien se valoran por igual de acuerdo con su utilidad marginal y, por tanto, el valor total de todas las unidades disponibles se obtiene mediante la suma de los valores iguales de cada unidad, igual que la cantidad total se obtiene por la suma de las unidades. Pero esta es indudablemente una creencia errónea. Aparte de que del hecho de que todas las unidades individuales disponibles al mismo tiempo se evalúan por igual, no se deduce que el valor de varias de estas unidades sea igual a la suma de sus valores individuales. Por el contrario, en lo que se refiere al valor de varias unidades, las necesidades de mayor intensidad se convierten en tan importantes que no influyen en la entidad marginal como tal, que solo está determinada por la necesidad menos urgente y cada vez presupone la satisfacción de las más urgentes. Sin embargo, esto se ve negado cuando tratamos con cantidades mayores y cuando se evalúa la última de estas necesidades que ha de tenerse en cuenta. Solo una unidad se valora marginalmente. Todas las demás tienen un valor más alto, es decir, ese valor marginal que prevalecería sin las unidades que ya han recibido un valor más bajo. A cada unidad debe dársele un valor marginal distinto a partir del cual podamos calcular la suma. Pero esto significa nada menos que el que el valor total es una integral.

La siguiente “división”, titulada “Capitalización y valor temporal”, empieza con una teoría del dinero. Poco a poco, como resultado una larga explicación, va apareciendo una sólida teoría del dinero. La teoría de Fetter apunta en la dirección correcta, como muestra esta frase: “el dinero en todos sus usos monetarios es un agente indirecto que debe juzgarse igual que otros agentes indirectos”.[2] Este es realmente un punto de partida muy útil. Solo va un poco demasiado lejos al usar la noción de dinero como herramienta no solo como una analogía, sino tomándosela completamente en serio y hablando de la misma manera acerca de la renta ganada por la propiedad del dinero como renta ganada por la propiedad de una herramienta.

Ahora nos ocupamos de la noción de capital y la teoría de la capitalización. La primera se caracteriza por su claridad. Fetter rechaza la distinción de Clark entre capital y bienes de capital. Lo que se dice acerca de la capitalización está completamente al día. La derivación del valor del capital del valor de del rendimiento se ejemplifica muy bien con el ejemplo de la compra de cargas de renta.[3] Esta puede ser la presentación más atractiva del tema y haberla aclarado uno de los mayores avances de la teoría moderna es.[4] Solo hay una cosa que no está bien. El Profesor Fetter parece considerar la discontinuidad de ingresos futuros como algo dado y solo trata de determinar la magnitud del factor descontado. Esto no está bien. Además, la manera en la que se determina el “descuento temporal” no es muy satisfactoria. Tras esto, sería apropiado que le siguieran más explicaciones prácticas para facilitar la comprensión del inexperto de los procesos implicados en la realidad financiera.

A continuación del autor trata el tema del interés sobre los préstamos monetarios y sigue el espíritu de Böhm-Bawerk para proporcionar una “teoría del valor temporal” desarrollada y sólida. El siguiente capítulo es también muy útil: “Formas relativamente fijas y relativamente incrementales del capital”. Menos satisfactorio es el tratamiento de la relación entre tipo de interés y actividad de ahorro. Aparte del hecho de que solo investigaciones estadísticas detalladas podrían resolver definitivamente este problema, la experiencia cotidiana ya demuestra (y también la nueva teoría) que los ahorros no pueden considerarse como una función sencilla del tipo de interés y que las desviaciones se deben únicamente a causa secundarias, como Fetter parece sugerir.

La segunda parte se titula “El valor de los servicios humanos” y contiene en primer lugar una teoría de los salarios y luego una teoría de las empresas y el beneficio empresarial. La mayoría lo que se presenta aquí tiene poco que ver con el principio del valor. Hablando estrictamente, esta clasificación solo se ajusta a unas pocas palabras sobre la teoría pura de los salarios. Lo que viene a continuación supone que el trabajo es un bien económico, un punto de partida que es considerado cada vez más generalizadamente como útil, pero que no lleva muy lejos.

El autor trata el tema de “La oferta de trabajo”, con lo que se refiere a la teoría de la población. Realmente trata de superar la complejidad oculta, que hace y de esta área una de las más oscuras de la economía política. Pero este intento solo muestra lo poco que puede decirse acerca del problema desde nuestro punto de vista y en qué medida las respuestas deben encontrarse en otras ciencias.

Fetter comienza con hechos biológicos, pero, por supuesto, lo que ofrece no está ni completo ni garantiza fiabilidad científica. Aparte de eso, ya las primeras líneas [de esta explicación] contener varias afirmaciones no demostradas, algunas de las cuales sin duda deben sorprendernos, como que los humanos han superado la etapa en la que las fuerzas naturales determinaban ciegamente su reproducción y la de que en “etapas anteriores” solo se buscaba mantener a la población a cierto nivel, que la guerra solía ser la condición normal de los pueblos y muchas más, puntos acerca de los cuales el experto sobre el terreno sin duda sacudiría su cabeza sin podérselo creer. Aprovechamos esta ocasión para expresar nuestra convicción de que la omisión de ese espacio sería una de las reformas más urgentemente necesarias del sistema de la economía.

Los siguientes capítulos, como el llamado “La ley de los salarios” o el que trata “La relación del trabajo con el valor” son de naturaleza económica. Este último se acerca mucho el pensamiento de Böhm-Bawerk, lo que demuestra que su teoría está consiguiendo cada vez más reconocimiento.

Un resumen correcto y tranquilo de las visiones modernas bastante aceptadas de la ley de hierro de los salarios y de la doctrina de los fondos salariales cierra la parte teórica de esta “división”, el resto de la cual trata aspectos que normalmente se explican en referencia con la teoría de los salarios, aunque no haya realmente ninguna conexión más profunda, por ejemplo, sistemas salariales, progreso de las clases trabajadoras, sindicalismo, etc.

La segunda “división” de esta parte se titula “Empresa y beneficio”, en la que el último término se refiere al beneficio empresarial en su sentido más estricto. De nuevo queremos dirigir la atención del lector hacia la sistematización original del libro, que posiblemente merezca la pena imitar. Por tanto, la teoría de la distribución no formaría un tema independiente, afirmación que se pierde tan pronto como uno se da cuenta de que las rentas son únicamente ejemplos de fenómenos de precio y valor, al menos en la medida en la que su naturaleza completamente económica esté bajo consideración. Vemos esa aproximación aquí: intereses y rentas caen bajo “El valor de las cosas materiales”, así que en esta sección solo queda por explicar el valor de los esfuerzos humanos, que por diversas razones el autor no desea confundir con bienes materiales. Para que esta clasificación sea completa, todas las rentas, salvo las dos mencionadas, deben por tanto explicarse como resultados el trabajo humano. Ahí reside no solo una teoría económica, sino también una teoría social muy importante, que no podemos explicar más aquí. La implicación puramente económica más importante de esta opinión es que el beneficio empresarial se basa en el trabajo, es decir, más exactamente, el beneficio empresarial en su sentido más estricto, que, como es conocido, tiene que distinguirse del salario del empresario.[5] Y Fetter menciona diversas cualificaciones que son necesarias para llevar a cabo este tipo peculiar de trabajo y parece explicar el grado de beneficio empresarial exclusivamente a partir de su escasez.

Esto implica que el beneficio empresarial debe ser un fenómeno tan regular como los salarios, el interés y la renta y que su tendencia a desaparecer, atribuido por la teoría pura, no existe.

Nos parece que esta teoría, que ya ha sido defendida a menudo, no es aceptable por la siguiente razón. Si se explica una renta aparte de valor y el precio de un esfuerzo, es necesario que oferta y demanda entren en una batalla de precios en el mercado con ofertas mutuas de precios más altos y más bajos para establecer un precio al que se ajuste el esquema teórico de intercambio. Sin embargo, esto último resulta inútil tan pronto como el proceso sea diferente, como pasa en este caso. No hay que confundir un juicio ético general de la función empresarial en el proceso de producción social con aquellas valoraciones individuales que determinan la formación de precios. El empresario no aparece en el mercado para vender a un tipo fijo su esfuerzo empresarial a los trabajadores, capitalistas, terratenientes o consumidores o a la sociedad en su conjunto.

La falta de esto último es precisamente el elemento característico. El comprador imaginario del esfuerzo empresarial, quien quiera que sea, no es ni siquiera capaz de formarse una opinión acerca del precio que paga, así que es incapaz de compararla con la utilidad que espera del esfuerzo empresarial. El empresario aparece en el mercado, no para vender su esfuerzo, sino para vender bienes. Además, compra bienes de producción y paga a sus dueños, así que se encuentra en el lado opuesto de los trabajadores, capitalistas y terratenientes. El principio del valor desaparece por tanto en lo que se refiere a la renta del empresario. Además, este último no es ni de cerca un fenómeno tan constante como las demás fuentes de renta. Se tiende a expresar este hecho muy a menudo comparando el beneficio empresarial como una fuente “dinámica” de renta con las tres otras “estáticas”.

De hecho, mientras tanto la distinción entre estático y dinámico se acepta generalmente y representa en mi opinión uno de los grandes avances en las nuevas teorías económicas. Echamos lamentablemente de menos esta distinción en el sistema de profesor Fetter.

A continuación, el autor explica el fenómeno del monopolio. Al hacerlo, se omite toda la teoría exacta del monopolio, una de los mejores en economía pura e indudablemente no sin cierta relevancia práctica en ese sentido. Después de algunos breves comentarios de naturaleza muy general, el Profesor Fetter procede directamente a la explicación de la organización y especialmente el problema de los trusts. Lo que dice acerca de esto es indudablemente muy útil. Los datos proporcionados son también muy instructivos para el que empieza. Unos breves comentarios sobre especulación y crisis cierran esta parte.

La tercera parte es muy rica en contenido y muy apropiada como introducción a la política económica, especialmente para el estudiante estadounidense.

Tiene que mencionarse otro aspecto, que es el apéndice de preguntas y notas críticas, que parece ser un dispositivo didáctico muy práctico. De hecho, el método estadounidense de educación es muy distinto y difícilmente pueden compararse las clases estadounidenses o inglesas con nuestros seminarios. Sin embargo, esa colección de preguntas parece ser muy apropiada también para nuestros programas de estudio.

Referencias

Fetter, Frank A. 2003. The Principles of Economics, with Applications to Practical Problems (1905). Auburn: Ludwig von Mises Institute. Disponible en inglés en: https://mises.org/library/principles-economics-applications-practical-problems

Schumpeter, Joseph A. 1908. “Besprechung 9. Frank A. Fetter. The Principles of Economics, with Applications to Practical Problems, New York: The Century Co. (1905)”. Zeitschrift Für Volkswirtschaft, Sozialpolitik Und Verwaltung 17: 415-420.


El artículo original se encuentra aquí.

[1] Zeitschrift für Volkswirtschaft, Sozialpolitik und Verwaltung, Band 17, pp. 415-420 (1908).

[2] Añadido por el traductor: (Fetter 2003, p. 63).

[3] Añadido por el traductor: (Fetter 2003, cap. 15).

[4] Añadido por el traductor: La sintaxis original de Schumpeter verdaderamente recuerda aquí al estilo del maestro Yoda. Es tan inusual en el alemán original como en el inglés (y el español) hoy, aunque puede haber sido una forma estilística en Austria en ese momento. El original dice: “Es ist das vielleicht die anziehendste Darstellung dieses Themas, das klargestellt zu haben, einer der größten Fortschritte der modernen Theorie ist” (Schumpeter 1908, p. 417). Repito, puede que fuera sencillamente un error. En ese caso, la traducción le hace justicia. Si no, merecía una referencia a Yoda.

[5] Añadido por el traductor: Schumpeter usa el término “Unternehmerlohn” (Schumpeter 1908, p. 419), que parece traducirse mejor como “salario del emprendedor” o “salario del empresario”.

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