jueves, 19 de julio de 2018

Afrontadlo, los países nórdicos no son socialistas, por Mises Hispano.

Una de las falacias más comunes de los nuevos populistas es decir que su modelo es el “nórdico” y que esos países son ejemplos de éxito de cómo “funciona el socialismo”. Cuando se lo comenté al ministro finlandés de finanzas Petteri Orpo en una cena reciente de la ECR, no podía creerlo.

Expropiaciones, aumentos masivos de impuestos, apropiación ilegal de ahorros y subordinar el modelo de crecimiento al control político son las cosas que defienden los populistas. Igual que en Venezuela, a la que todos alabaron (de Bernie Sanders a Owen JonesCorbyn y Chomsky) hasta que quebró. Luego pasaron a la falacia del “modelo nórdico”.

¿Sabéis lo que olvidan los intervencionistas acerca de las naciones nórdicas?

Son líderes en el índice de libertad económica (Heritage) y de facilidad de hacer negocios, según el banco mundial.

La propiedad privada está garantizada por la ley y los ahorros de los ciudadanos son completamente privados y están libres de control público. Todos los países nórdicos han estado rebajando su cuña fiscal y (hasta los últimos recortes fiscales de EEUU) tenían impuestos de sociedades más bajos que EEUU.

El estado no dicta ni impone la educación ni la atención sanitaria (la mayoría tienen planes de copago). Sencillamente administra y promueve la alternativa entre servicios privados y gestionados por el estado.

Son líderes en banca privada, que financia la inmensa mayoría de la actividad económica (el 80%).

Son líderes en la atracción de capital, garantizando seguridad legal e inversión privada.

Los países nórdicos son también líderes en la privatización de entidades ineficientes propiedad del estado y en aplicar gobernanza corporativa a las empresas privadas de carácter mundial y en defender los intereses del accionista en las empresas de propiedad semiestatal (Statoil, etc.).

El sector público no determina el patrón de crecimiento ni la manera en la que debería funcionar la economía, se genera desde el sector privado, que financia más del 60% de la investigación y el desarrollo y el gobierno aplica las mejores prácticas de eficiencia y transparencia del sector privado en la gestión de los servicios públicos. Además, los funcionarios públicos no tienen un puesto de por vida. Lo contrario al control público que defienden estos populistas.

Los países nórdicos han llevado a cabo privatizaciones con éxito de sectores estatales, desde las telecomunicaciones a la generación y distribución de electricidad. Incluso el servicio postal y algunos bosques se han privatizado.

Tienen un mercado laboral que está entre los más flexibles del mundo.

Estos países, se estimula la educación privada a través de cheques escolares, no mediante escuelas obligatorias dirigidas por el estado.

También resulta que es virtualmente imposible copiar en EEUU un modelo usado en países con menos habitantes que Nueva York, pero la diferencia más importante es que las alternativas, la libertad y la iniciativa privada son las piedras angulares de las naciones nórdicas, pilares de una sociedad que no quiere implantar ninguno de los populistas.

No, el socialismo no es el modelo de los países nórdicos. Y los intervencionistas que usan estos países como su “modelo” tienen en mente un sistema completamente distinto. El control del estado.

Os recomiendo leer Scandinavian Unexceptionalism, de Nima Sanandaji, o “The Secret of their Success”, en The Economist.

El éxito de los países nórdicos ha sido adoptar medidas a favor del mercado, privatizar los sectores ineficientes y garantizar la propiedad privada y la creación de riqueza, así como una seguridad legal y de inversión.

Los países nórdicos saben que no hay estado de bienestar sin un sector privado próspero, libertad económica e inversión privada y que el sector público está ahí para facilitar, no para absorber, la actividad económica del país. Saben que no hay ingresos fiscales sin un sector privado floreciente. Y saben, porque en el pasado cometieron el error de multiplicar la intervención estatal, que multiplicar la intervención del estado solo lleva al fracaso. Por eso rechazaron el socialismo.

No hay nada socialista las naciones nórdicas. Ser líderes en libertad económica, libre empresa, defensa de la propia privada, libres en banca privada y promoción del emprendimiento es lo contrario del socialismo. Los intervencionistas quieren confundir a propósito un sistema de bienestar en una sociedad capitalista con socialismo.

El socialismo es la teoría política y económica que defiende que los medios de producción, distribución y financiación deberían ser propiedad del estado o estar controlados por este. Los países nórdicos NO son socialistas. Son sociedades capitalistas con un estado de bienestar, por cierto, como el que tienen la mayoría de las naciones capitalistas. También Estados Unidos. Y son los primeros en entender lo que todos sabemos: el socialismo nunca funciona.

 


El artículo original se encuentra aquí.

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