domingo, 31 de diciembre de 2017

Dos tipos de repetidor, por Mises Hispano.

Hace poco señalé que las creencias sobre el mundo paranormal no pueden motivar directamente acciones en el mundo físico. La motivación inmediata de cualquier acción física debe ser una creencia acerca del mundo real, porque (véase Mises) cualquier acción implica un intento de cambiar el estado del mundo hacia uno que el actor considera preferible. Así que los principios de la vida real que dependen de lo paranormal, como la “separación de la iglesia y el estado,” son subóptimas por definición. Cualquier problema del mundo real que pudieran prevenir, podría ser también causado por un sistema de creencias no-paranormal, contra el que dicha norma no es una defensa.

Por ejemplo, si dos movimientos, A y B, propagan las mismas creencias sobre el mundo real, pero A incluye un plano paranormal mientras que B no lo incluye, “la separación de Iglesia y Estado” nos protegerá contra A pero no contra B. Esto es lo que en mi campo de trabajo llamamos un “agujero de seguridad”.

El enfoque general cuando se encuentra un agujero de seguridad es (a) arreglarlo, y (b) averiguar todo lo que se ha arrastrado por el agujero. Esto va a requerir más de una entrada en el blog, pero bien podríamos comenzar por (a).

El único modo (que yo sepa) para reparar tal laguna mental, es reconstruir el lenguaje que usamos para pensar en el problema. Mientras que tengamos que cambiar de marcha lingüística para comparar los sistemas de creencias paranormales y no-paranormales, vamos a tener una vulnerabilidad, porque esta categorización irrelevante constantemente nos tienta a elaborar test superespecíficos que un atacante mutado puede evadir.

(Por ejemplo, una regla que nos diga que “mantengamos a Mitra fuera de las escuelas” es superespecífica, a menos que pienses que específicamente Mitra es el gran peligro para las impresionables mentes de los jóvenes. Si mantenemos a Mitra fuera de las escuelas, pero no decimos nada acerca de Baal, Baal prevalecerá sobre Mitra y nuestros hijos crecerán como bots Baalistas. Por supuesto, si Baal es real y todas las malas noticias que leemos en el periódico se deben a nuestra incapacidad para sacrificarnos por él, esto es ideal).

Así que sugiero los términos “núcleo” y “repetidor“, definiendo un núcleo como un conjunto de aseveraciones fácticas y éticas acerca del mundo real, y un repetidor como una institución que propaga tales aseveraciones. Una religión es un núcleo y una iglesia es un repetidor. Pero no todos los núcleos son religiones, ni todos los repetidores son iglesias.

Vamos a ampliar el concepto de “núcleo” ligeramente, para incluir también las aseveraciones metafísicas. Una aseveración metafísica es cualquier sentencia que no hace ninguna afirmación fáctica o ética acerca del mundo real (el “ser” o “deber ser” de Hume). Esto incluye creencias acerca de entidades paranormales, como dioses, pero también incluye conceptos filosóficos herméticos como los del neoplatonismo, el budismo, el hegelianismo, etc, etc.

Por definición, la metafísica no afecta directamente la realidad. Pero ya que las aseveraciones metafísicas a menudo son fuentes de conflicto, y puesto que pueden motivar creencias acerca del mundo real, puede ser útil el analizarlas – siempre que recordemos que son patológicamente neutrales, y la eliminación de la metafísica, mientras que puede ser deseable, no puede por sí misma eliminar errores factuales o desacuerdos éticos.

Tu núcleo es el conjunto de aseveraciones con las que estás de acuerdo. Ya que nadie puede impedirte físicamente pensar por ti mismo, en teoría todo el mundo podría tener un núcleo diferente. Pero en la práctica, las personas son animales sociales, y reciben la mayor parte de sus aseveraciones de los demás, y el clúster en torno a su nucleo.

Por lo tanto, se puede hablar de núcleos “prototípicos”, lo que implica patrones de acuerdo entre los grupos sociales. El Metodismo, por ejemplo, es “prototípico” bajo esta definición. No todos los metodistas están de acuerdo en todas las aseveraciones factuales, éticas o metafísicas, pero hay claramente un patrón general de consenso en su seno.

Estos patrones corresponden con las redes de grupo mediante las cuales las aseveraciones se transmiten entre los individuos. Vamos a denominar a una aseveración en transmisión como un “paquete”. Si “aceptas” el paquete, significa que estás de acuerdo con la aseveración. Si lo “rechazas”, que no lo estás.

(Hay otra palabra que significa “creencia transmitida”. Le he dado unas cuantas vueltas: No me gusta. Principalmente porque me hace sonar como un idiota. El mero tono auditivo de la palabra, como se siente en la boca, es horrible, y sus diversas declinaciones (como “memeplex“) son aún peores. Pero “meme” también implica una especie de pretensión cientificista que me parece malsana, un intento de intimidar al lector a través de la falsa autoridad de la jerga. Prefiero tomar prestado palabras del negocio de la computación específicamente porque pienso sobre la programación como en un oficio, no una ciencia.)

Así que un “repetidor” es una institución que envía paquetes. Una “iglesia”, en el sentido cristiano de la palabra, es un repetidor porque la gracia de ir a la iglesia es que el párroco, u otro funcionario religioso, te dice lo que él piensa – con la implicación de que tu debes compartir estos pensamientos. Si eres un feligrés y te encuentras con frecuencia rechazando los paquetes de tu iglesia, es muy probable que cambies de iglesia.

Podemos denominar a las personas que generalmente aceptan los paquetes producidos por algún repetidor como sus “clientes“. Es evidente que hay una relación de confianza del cliente al repetidor. Si sientes la necesidad de evaluar todos los paquetes que recibes a partir de cero, no tienes necesidad de un repetidor.

Otro ejemplo de repetidor es Wikipedia. Desde luego, no confío en Wikipedia absolutamente, más de lo que creo que la mayoría de los fieles confían en sus párrocos absolutamente. Sin embargo, asigno más credibilidad a los artículos producidos por el proceso de edición de Wikipedia que a, por ejemplo, algún blog al azar.

Por último, para acabar con esta festival de terminología, tenemos que meternos en la parte más profunda de la ciénaga y llegar a alguna forma de definir “buenas” o “malas” aseveraciones, y a partir de ellas, buenos o malos paquetes – de modo que realmente podamos colocar de nuevo nuestro firewall en on.

Las aseveraciones metafísicas, de nuevo, no son ni malas ni buenas, ya que no se reflejen en el mundo real. Esto nos deja solamente con aseveraciones éticas y factuales. Digamos que una afirmación es buena a menos que sea mala. Esto nos deja con el problema de definir los malos hechos factuales y la mala ética. La palabra “malo” es un poco gruesa para mi gusto, así que vamos a decir “tóxico” en su lugar.

Una aseveración factual tóxica es una percepción errónea de la realidad. Por ejemplo, creo que el revisionismo del Holocausto es una afirmación tóxica, debido a que el Holocausto me parece bastante bien documentado. Pero yo prefiero evitar la palabra “mentira”, porque no puedo saber los motivos de los que repiten este (o cualquier otro) paquete.

Una aseveración ética tóxica es una incoherencia interna. Por ejemplo, en el Sur Estadounidense, de la década de 1830 a la década de 1860, se desarrolló la idea de que esclavizar africanos era compatible con el cristianismo. Esta aseveración hubiera sonado incluso a los propios abuelos de los que la realizaron como tóxica, porque la igualdad humana siempre ha sido una preocupación central del cristianismo. En el momento de la Revolución Americana aquellos que aceptaban la esclavitud generalmente pensaban en ella como un mal inevitable. (La esclavitud es mencionada en la Biblia, pero el sistema de esclavitud del mundo clásico era muy diferente de la practicada en el Sur; tampoco los sureños eran ajenos a este hecho.) Si los sureños hubieran rechazado el cristianismo en favor de algún núcleo ético más nietzscheano, como al menos hicieron algunos nacionalsocialistas, podrían haber evitado la inconsistencia. Su ética no hubiera sido compatible con la mía, o probablemente con la tuya, pero ellos no hubieran sido “tóxicos” según nuestra definición.

Los paquetes tóxicos (los cuales transportan aseveraciones tóxicas) en realidad no son tan difíciles de detectar. La epistemología y la ética no son ciencia espacial. Dado que vivimos en el siglo XXI y que en general parecemos ser bastante buenos en poner nuestros cohetes en órbita, la persistencia de aseveraciones tóxicas es difícil de explicar.

Y sin embargo persisten. Los clientes de Daily Kos y Free Republic – por nombrar un par de los repetidores más atroces de Internet – no pueden ambos estar en lo cierto. Su ética podría diferir sin toxicidad, pero mi conjetura es que si hicieras una encuesta entre los lectores de cada uno sobe una declaración de principios éticos generales, lo que se obtendría en ambos lados sería bastante familiar, y probablemente, más o menos compatible con la amplia tradición del cristianismo. Ciertamente, uno o ambos de los núcleos prototípicos que ofrecen estos sitios web deben contener inconsistencias éticas y/o percepciones erróneas de la realidad.

Así que hay un gran número de paquetes tóxicos flotando a nuestro alrededor. ¿Por qué?

Ésto ya se nos está alargando en exceso. Pero hay una forma de clasificar los repetidores que puede proporcionar una pista. Podemos dividir los repetidores en dos clases: “interesados” y “desinteresados”.

Un repetidor desinteresado no tiene ninguna motivación organizacional para repetir ninguna otra cosa mas que lo que sus clientes quieren oír. Tiene la misma relación con ellos que cualquier negocio con sus clientes. Si sus clientes quieren la verdad, va a tratar de darles la verdad. Si prefieren el sin sentido y la ilusión, eso es lo que obtendrán. El éxito de un repetidor desinteresado sólo depende de la popularidad del núcleo prototipico que ofrece a sus clientes, no del contenido real.

Un repetidor interesado tiene alguna razón para preocuparse por lo que piensan sus clientes. Cuenta con motivos ulteriores. El éxito de un repetidor interesado dependerá de la naturaleza de las aseveraciones que hace. Existe alguna fuerza externa, no relacionada con las preferencias de sus clientes, que recompensa al repetidor por propagar ciertas aseveraciones y/o lo disuade de propagar otras.

¿Cuál es mejor? ¿Y por qué? Hm …


El artículo original se encuentra aquí.

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