lunes, 1 de mayo de 2017

Anarquía para todos, por Mises Hispano.

El príncipe Kropotkin es célebre por haber establecido una de las primeras tentativas de de formalización racional del principio que subyace a todas las anarquías de todos los tipos en el Principio Anarquista,

La anarquía consiste en no aceptar ningún jefe para imponer las reglas que no se quieren.

La anarquía no es la ausencia de reglas, sino la libre elección de las reglas. El sinónimo “acracia” es técnicamente más justo para designarel ideal perseguido por los anarquistas, en cuanto que indica claramente que no hay autoridad para imponer las reglas no-queridas.

La clave de la anarquía es el acuerdo libre del individuo que puede aceptar orechazar una regla sin estar expuesto a una restricción que tenga un origen humano y externo.

Toda sociedad u organización, todo principio social que funcione sobre la base del consentimiento libre de cada miembro es anarquista.

La existencia de una restricción causada por la voluntad de un otro implica que el consentimiento sometido a esa restricción no es libre: esto constituye una regla no querida implícita a las condiciones de la elección. En consecuencia, la decisión de aceptar o no una regla debe ser independiente de la existencia o de la acción de otra persona.

Solamente una regla universal puede ser elegida libremente y respetar el Principio Anarquista: tal regla debería poder aplicarse con indiferencia del individuo que la elija.

La existencia del Principio Anarquista permite distinguir la anomia de la anarquía: en general, los falsos anarquistas son anomistas. La anomia obedece al principio según el cual no hay reglas (lo que, paradójicamente, constituye una regla).

Dado que la anarquía implica que las reglas de unos no se aplican a otros a menos que haya consentimiento unánime, la ley anarquista es necesariamente policéntrica, sin estar necesariamente formalizada o escrita. Hay mecanismos (como la legítima defensa o la reciprocidad de la ley) para resolver los conflictos derivados de este hecho.

Las reivindicaciones básicas que aparecen con frecuencia entre los anarquistas de diferentes clases: rechazo del Estado en tanto que monopolio del uso legítimo de la fuerza; rechazo de toda pretensión de legitimidad a priori de la ley o la autoridad; rechazo de la esclavitud.

 

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