Recientemente encontré en Facebook una entrada en la que alguien (perdí el enlace) planteaba el caso de una empresa farmacéutica que descubría una cura contra el cáncer y decidía no emplearla, para asegurarse los ingresos continuos de otros tratamientos paliativos.
¿Tiene sentido económicamente esta actitud? Si nos encontramos en un mercado no intervenido con precios libres, empresarialmente sería un error y voy a tratar de explicar por qué con un ejemplo.
Supongamos que la empresa A tiene un tratamiento “paliativo” de la enfermedad y obtiene de los pacientes a lo largo del tiempo un total de 100.000$ por persona. La empresa A descubre un tratamiento “curativo” de la enfermedad. En el ejemplo planteado al principio, parece que la empresa tiene que optar por una de las dos opciones. Esto, de entrada, no es cierto: puede seguir ofertando en el mercado el tratamiento “paliativo” y añadir el tratamiento “curativo”.
Supongamos que el tratamiento “curativo” tiene unos costes adicionales de 15.000$, así que podría pedir 125.000$ por tratamiento y, sin perder clientes, ganaría 10.000$ más por los pacientes curados. Quien no pudiera pagarse la cura, seguiría acudiendo al tratamiento paliativo, por lo que el número de clientes no variaría. Empresarialmente, no cabe duda de que sería muy rentable. Recordemos que estamos suponiendo un mercado libre con precios libres.
Vamos a avanzar un poco más, ya que el empresario podría no apercibirse del razonamiento previo (hay casos) o temer que la presión social le obligue a rebajar el precio, dado que estamos hablando de asuntos de vida o muerte.
Pero en este caso, tendría dos opciones: la primera sería patentar el tratamiento, con lo que este se volvería público y no conseguiría hacer desaparecer la presión social que tanto teme. Además, en el momento en que venza la patente aparecerá competencia y perderá las ventajas de ese monopolio legal que es la propiedad intelectual.
Por cierto, una buena parte de los libertarios está en contra de la propiedad intelectual. Un buen resumen de las posturas libertarias se puede encontrar en Contra la propiedad intelectual, de Stephan Kinsella, que se puede descargar gratuitamente y en español aquí.
Por tanto, al empresario solo le quedaría la opción de ocultar el descubrimiento. En este caso, actúa uno de los pilares del libre mercado que es la competencia: alguna otra empresa o institución B podría llegar al mismo descubrimiento y, ya sea por no tener ánimo de lucro o por no ofrecer servicios de tratamiento “paliativo”, podría entrar en el mercado, acabando con toda esa fuente de ingresos de la empresa A.
Adicionalmente, el proceso previo de investigación supone el conocimiento del nuevo tratamiento por diversas personas, que, ante la falta de patente, podrían aprovechar esta situación para patentar ellas mismas el tratamiento, por sí mismas o a través de terceros. La empresa A nuevamente se verá impotente ante la aparición del tratamiento en el mercado, acabando igualmente con los ingresos que supone el tratamiento “paliativo”.
Puede darse el caso de que el tratamiento requiera algún bien o servicio extraordinariamente escaso o caro. En ese caso el precio seguirá siendo necesariamente alto.
Además, en el caso de que el empresario ofrezca el producto tal y como hemos expuesto, seguramente irá descubriendo que le interesa más el tratamiento “curativo” y que si lo ofrece a un precio más asequible conseguirá vender a más usuarios, con el consiguiente mayor beneficio total.
En resumen, el sistema de libre mercado ofrece siempre los incentivos para que acudan a este los mejores productos y con el coste óptimo. La existencia de propiedad intelectual genera monopolios que pueden perjudicar esa optimización, por lo que consideramos que este ejemplo corrobora además que la misma no forma parte del libre mercado que defendemos.
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