Por primera vez después de la crisis financiera, el gobierno español en 2017 ha cumplido (apenas) con el límite del 3% del PIB en déficits públicos establecido por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. El nuevo gobierno socialista cree que es hora de cambiar de rumbo. En su opinión, después de años de austeridad, sería el momento de pensar en aumentar el gasto público. De hecho, el anterior gobierno ya había anunciado un aumento de las pensiones públicas del 1,6%. Este aumento de las pensiones es muy problemático porque los factores demográficos hacen insostenible a largo plazo el sistema de pensiones públicas. El nuevo gobierno quiere mantener el sistema de pensiones públicas aumentando agresivamente los impuestos. Además, quiere deshacer y cambiar partes de la reforma del mercado laboral de 2012, que permitió una caída sustancial en el desempleo. Planea aumentar el salario mínimo.
Lo más problemático de las explicaciones del gobierno es que en realidad no es cierto que haya sido austero después de la crisis financiera. Más importante aún resulta que las finanzas públicas no se hayan estabilizado.
Déficit público español en porcentaje del PIB
Fuente: Eurostat
Para empezar, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento se ha afinado y sustituido por el Tratado de Estabilidad Fiscal de 2012 (también llamado Pacto Fiscal Europeo). Antes del Tratado de Estabilidad Fiscal, los gobiernos podían mantener déficits por debajo del 3% en tiempos expansión económica. Cuando aparecía una recesión, el gobierno podía culpar el aumento en el déficit a circunstancias extraordinariamente adversas. De hecho, en lo más profundo de la crisis financiera todos los estados miembros de la Eurozona sobrepasaban el límite de déficit del 3%. Por tanto, la idea del Tratado de Estabilidad Fiscal era que los gobiernos tuvieran un presupuesto equilibrado a lo largo del curso del ciclo económico. Se permitía aumentar los déficits hasta el 3% en recesiones duras, pero estos déficits debían compensarse por superávits durante la expansión económica. En tiempos normales, el presupuesto debería estar equilibrado. El Tratado de Estabilidad Fiscal considera un presupuesto de -0,5% todavía como equilibrado (o de un -1% para países con una relación entre deuda y PIB por debajo del 60%). Además, el Tratado de Estabilidad Fiscal conlleva una pausa en la deuda. Si un país tiene una relación entre deuda y PIB superior al 60%, el gobierno tendrá que reducir el exceso por encima del 60% en un 5% anual. Para España esto implicaba una reducción de deuda del 1,9% (0,05*39) en el año 2017, algo que no se logró, porque la deuda pública cayó solo un 0,7%.
Como España es una de las economías con mayor crecimiento de la Eurozona, sin duda debería tener un superávit presupuestario según la ley. Por tanto, tener un déficit del 3,1% no es ni un gran logro ni un pretexto para aumentar el gasto público. Al no seguir estrictamente las normas y usar subterfugios en el Tratado de Estabilidad Fiscal, este resultado dañado y resultará menos posible limitar el gasto público y los déficits en el futuro. ¿Por qué deberían otros gobiernos cumplirlo si España no cumple estrictamente el acuerdo?
Relación deuda pública-PIB de España
Fuente: Eurostat
Segundo, España no redujo su déficit debido a la austeridad del gobierno. De hecho, el gobierno español no fue austero. Aumentó su gasto al inicio de la crisis y solo lo recortó sustancialmente en 2013, cuando sus acreedores del Mecanismo de Estabilidad Europea se lo reclamaron a cambio del rescate de 2012. Desde entonces, el gasto público ha estado aumentando y todavía está hoy por encima de los niveles insostenibles de 2008. Está condenado a aumentar más.
España consiguió llegar al límite del 3% debido a circunstancias extraordinarias y únicas más allá de su control. Primero, la economía ha estado creciendo firmemente durante casi cuatro años. El crecimiento real de los últimos tres años estuvo por encima de un sólido 3%. Los ingresos públicos han aumentado y los gastos han bajado, porque bajó el desempleo (debido también a la nueva flexibilidad del mercado laboral que el nuevo gobierno quiere eliminar). Ventas, salarios y beneficios en aumento han generado mayores ingresos fiscales.
Alarmantemente, los precios de la vivienda y la actividad están aumentando de nuevo, llevando a ingresos más altos, que el gobierno está dispuesto a gastar igual que en la última burbuja. Además, el gobierno español obtuvo la ayuda del BCE con su política de tipos cero de interés y su programa de compras del sector público. Si los tipos de interés vuelven a niveles más normales, el gobierno español tendrá problemas.
Gasto público español en millones de euros
Fuente: Eurostat
Tasa real de crecimiento de España (en %):
Fuente: Eurostat
¿Cómo serían las finanzas del gobierno español con tipos de interés más normales? Con una deuda pública del 98,3% del PIB y suponiendo tipos medios de interés sobre bonos públicos un 3% más altos que ahora, el déficit público aumentaría del 3,1% al 6%.
Si España solo puede cumplir con el límite del 3% en los presupuestos en un mundo de tipos cero de interés y una expansión económica que cada vez se parece más a un deja-vu de la última burbuja, ¿qué pasará en la próxima recesión o cuando aumenten los tipos de interés?
El déficit estructural español sigue siendo insostenible. Su deuda pública está cerca del 100% del PIB y se ha estancado a pesar de la expansión económica. En lugar de pensar en cómo gastar los crecientes ingresos públicos, el gobierno español debería aprovechar esta oportunidad única para ponen en orden su casa y reducir agresivamente sus deudas públicas generando superávits. En lugar de aumentar el gasto y los impuestos, el gobierno debería rebajarlos, para prepararse para la próxima tormenta, que llegará antes o después.
Puede que sea la última oportunidad para el gobierno español de hacer sostenibles sus finanzas. Esta oportunidad se la ha ofrecido el BCE a costa de los ahorradores de la Eurozona. Es irresponsable desperdiciarla.
Lo que es verdad y necesario para España se aplica también a otros países sobreendeudados de la Eurozona, como Portugal, Francia o Italia. La reducción de las deudas públicas durante los “buenos” tiempos quitaría presión al BCE para continuar con su peligrosa política monetaria, que está sembrando las semillas de la próxima crisis financiera. Para escapar de la trampa del interés cero, los niveles de deuda pública deben reducirse rápidamente. Ahora es el momento. Cuando explote la próxima recesión será demasiado tarde.
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