domingo, 18 de junio de 2017

Los bancos centrales están empujando a muchos hacia las criptodivisas, por Mises Hispano.

14467221263_433c0c16aa_z.jpgHace dos años, Bitcoin se consideraba una tecnología alternativa para libertarios y friquis informáticos. Ahora Bitcoin y otras criptodivisas, como Ethereum, están obteniendo la aprobación de la corriente principal. Sin embargo, la adopción ortodoxa se ha visto impulsada por la especulación financiera en lugar de por una demanda de un medio de intercambio deflacionista y acuñado privadamente. Después del aumento de tipos de la Fed de esta semana, Bitcoin y criptodivisas alternativas, como Ethereum y Dash, bajaron instantáneamente de valor. Por ejemplo, Bitcoin cayó un 16% de su valor aproximadamente, mientras otras monedas caían aproximadamente un 25%. Sin embargo, el precio de Bitcoin se recuperó hasta el máximo anterior en dieciocho horas.

La reacción del criptomercado al anuncio de la Reserva Federal evidencia que las criptodivisas se ven como una inversión segura durante tiempos de importante dilución de la moneda fiduciaria. Como escribí para Forbes Austria en abril, por eso la demanda de bitcoins está aumentando en países que están desmonetizando sus divisas fiduciarias, como India y Venezuela. Tras la desmonetización de los billetes de 500 y 1.000 rupias de noviembre del año pasado, el precio del Bitcoin en el mayor mercado de bitcoins de la India, Unocoin, se disparó hasta los 818$, mientras que los intercambios estadounidenses mostraban un tipo de intercambio de 709$ por bitcoin. Igualmente, Surbitcoin, el mayor mercado de bitcoins de Venezuela, mostró un aumento desde 450 unidades de cuenta en 2014 a más de 85.000 en 2016.

Reaccionando a la política de la Fed

Sn embargo la demanda de criptodivisas puede disminuir si la Fed continúa aumentando los tipos. Cuando la Fed cierra el grifo del dinero recién imprimido, hay menos dinero recién imprimido que puede fluir en activos como la propiedad inmobiliaria, las acciones, las criptodivisas y otros. Por tanto, los inversores demandan menos activos que les protejan al frente a la inflación.

La inflación del Bitcoin

Contrariamente a la creencia popular de que el bitcoin es deflacionista, la divisa actualmente tiene una tasa anual de inflación de aproximadamente un 4%. La razón por la que Bitcoin permite a los inversores protegerse frente a las políticas monetarias expansionistas seguidas por bancos centrales es que la demanda de dicha moneda está creciendo a un ritmo que es superior al aumento en la oferta de bitcoins. Como se explicaba en un artículo de Mises Daily escrito por Frank Shostak en 2002, el término inflación se usaba originalmente para describir un aumento en la oferta monetaria. Hoy el término inflación se refiere a un aumento general en los precios.

Si se aplica la definición original, entonces Bitcoin es una divisa inflacionista. Sin embargo, como he explicado en la edición de 2017 de In Gold We Trust, la oferta de bitcoins recientemente acuñados sigue una tasa predecible de inflación, que disminuye a lo largo del tiempo. Satoshi  modeló el flujo de los nuevos bitcoins como un proceso envenenado, que generada una tasa discernible de inflación en comparación con las existencias de bitcoin para 2020. Cada cuatro años, la cantidad de bitcoins acuñados anualmente disminuye en la mitad. La última “división por la mitad” programada se produjo en junio de 2016, por tanto la siguiente división se producirá en 2020. El inverso de la tasa de inflación, el StFR, también indica el flujo decreciente de monedas recién acuñadas en la economía bitcoin. La relación existencias-flujo (StFR, por sus siglas en inglés) de bitcoin está actualmente en 25 años. Sin embargo la relación StFR aumentará a aproximadamente 56 años. Esto significa que la StFR del bitcoin la debería sobrepasar la del oro durante los próximos nueve años. Antes del 3 de enero de 2009 no existía ninguna bitcoin. Por tanto, la StFR del bitcoin era en la práctica cero. Sin embargo la rápida reducción en la cantidad de minería de bitcoins a lo largo del tiempo genera un aumento de la StFR a lo largo de tiempo. Para 2024, solo se conseguirán por minería 3.125 bitcoins cada diez minutos, generando una StFR de aproximadamente 119 años.

Si se aplica el nuevo un significado de la inflación, entonces Bitcoin es deflacionista porque el poder adquisitivo de cada unidad aumenta con el tiempo. Cuando empecé a investigar sobre bitcoin en 2014, un Tesla Modelo S por valor de 70.000$ costaba 230 bitcoins. Hoy un Tesla Modelo S por valor de 70.000$ cuesta 28 bitcoins. Y el 11 de junio de este año el precio de Bitcoin llegó a un máximo histórico por encima de los 3.000$ después de cotizar a aproximadamente 2.300$ dos semanas antes. Además, la capitalización del mercado de Bitcoin de 40.000 millones de dólares se espera que aumente más al disminuir la incertidumbre que rodea esta tecnología. Los datos del precio del Bitcoin solo cubren los últimos seis años, lo que significa que básicamente no hay datos disponibles para análisis estadístico.

Evaluaciones del riesgo

La paradoja de Ellsberg explica que la gente prefiere resultados con distribuciones conocidas de probabilidad frente a resultados cuyas probabilidades son desconocidas. El error de estimación asociado con las previsiones de riesgos y retornos del bitcoin pueden estar sesgando negativamente el precio a la baja. Con el paso del tiempo, la gente tendrá más “experiencia” con Bitcoin, lo que puede reducir la incertidumbre y el consiguiente descuento que ocasiona sobre el precio del Bitcoin.

Se produce una recesión económica aproximadamente cada diez años en Estados Unidos y ha pasado una década desde el desplome financiero de 2007/2008. Si la economía no puede soportar el aumento los tipos y la Fed se ve obligada a invertir su decisión, el precio del Bitcoin y otras criptodivisas probablemente respondan positivamente. Aunque el mercado de criptodivisas sufrió una caída acusada después del segundo aumento de tipos de  Janet Yellen de 2017, los precios se recuperaron completamente un solo día. Ese rápido rebote subraya la falta de activos que permitan acumular riqueza con seguridad a los inversores. Los tipos negativos de interés en Europa y la desmonetización fiduciaria en los países en desarrollo siguen impulsando la demanda de bitcoins y criptodivisas alternativas. Aunque el bitcoin fue inicialmente ridiculizado como dinero para friquis informáticos y como un instrumento para actividades ilegales, los inversores están empezando a ver el potencial para que esta tecnología sea parte integral de la gestión de patrimonios desde la perspectiva de una diversificación de carteras.


El artículo original se encuentra aquí.

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