[Texto extraído del libro A Way to be Free: The Autobiography of Robert LeFevre. Representa sólo el criterio de su autor.]
¿Cómo puede una persona ayudar a maximizar el bienestar de la sociedad avanzando en la causa de la libertad? Su primera tarea es aprender su verdadera naturaleza.
- Cada uno de nosotros tiene la capacidad de pensar y actuar como le plazca.
- Cada uno de nosotros controla su propia energía. Lo hacemos con inteligencia o de manera estúpida, pero lo hacemos de forma individual. Podemos actuar mediante el asesoramiento o el mandato de los demás. O podemos decidir no hacerlo. Nuestras propias energías permanecen bajo nuestro mando y control individual.
- De ello se desprende que no puedo hacerte libre; puedo ganar mi propia libertad mediante el control de mí mismo en lugar de tratar de controlar a los demás.
- ¿Qué pasos debo tomar cuando quiero ser libre?
- Debo liberarme de la dependencia de otros cuando esa dependencia se ha creado o mantenido por la fuerza. Puesto que no hay manera de que pueda sobrevivir sin la ayuda de los demás, siempre voy a depender en cierto grado. Pero puedo depender del apoyo voluntario de los demás cuando ellos voluntariamente compren mis productos o servicios. Si tengo que obligarlos a comprar mis productos o servicios -ya sea directamente a punta de pistola, o indirectamente a través de medios gubernamentales- entonces estoy actuando de una manera que es contraproducente y anti-libertaria.
- Habiendo reconocido este punto, yo rompo todas las relaciones con el Gobierno.
Así pues:
- No haré ninguna contribución a cualquier campaña política o partido político.
- No voy a respaldar ninguna orden ni a ningún candidato.
- No voy a votar.
- Voy a cancelar el registro y me negaré a participar en el apoyo a cualquier Gobierno.
- No voy a postularme para ningún cargo, ni voy a trabajar para el Estado, incluso si se me pidiese.
- Voy a patrocinar a las personas y empresas que menos tienen que ver con el Gobierno.
- Si una empresa o un individuo está fuertemente subsidiado por el Gobierno, no tendré nada que ver con ellos; son un brazo del Estado.
- No voy a pedir ayuda al Gobierno, ni orientación, ni asesoramiento, ni dinero o emolumentos de cualquier clase.
- No aceptaré ningún cheque de la Seguridad Social del Gobierno, ni del bienestar, ni de lesiones, ni pensiones, ni por cualquier dificultad que puede atravesar. Voy a resolver mis propios problemas.
- Pondré mis propias normas de modo que no imponga nada a nadie.
- No voy a herir a nadie por ninguna razón.
- Voy a ser tan generoso y útil a los demás como mis habilidades me permitan.
- Voy a intentar cumplir todos los acuerdos contractuales que voluntariamente haga.
- Yo, por lo tanto, tendré mucho cuidado de firmar sólo acuerdos que sea capaz de cumplir.
- Voy a ser lo más fiel conmigo mismo, no cometiendo ningún acto de robo, de deshonestidad o de violencia contra cualquier otro ser humano.
Lo anterior son reglas. ¿Cuántos las seguirán? Como es de esperar, muy pocos. Es por eso que la sociedad se encuentra en esta convulsión actual. Lo que he expuesto arriba no es popular.
Sin embargo, está basada en hechos y de acuerdo con la realidad del hombre. El hecho de que no participo con el Gobierno a ningún nivel y de ninguna manera no hace que el Gobierno deje de existir. En caso de que pienses por ti mismo a través de la razón y decidas emular el procedimiento de no participación, el Gobierno seguramente va a continuar existiendo.
Eso, en sí mismo, debería causar alegría. Las recomendaciones que he dado proporcionan un método que va a ser tan gradual como el surgimiento de la integridad intelectual. Así es como debe ser. Cualquier otro procedimiento tendrá una reacción, una reacción que podría destruir el camino recorrido.
Empleando el método de la lógica y el aprendizaje, nadie está obligado a aceptar un objetivo no deseado o equivocado. Avanzamos hacia la libertad y hacia una sociedad libre, exactamente a la velocidad y en la medida en que estamos preparados para ello. Esta es la única manera en que puede hacerse. No va a ser popular porque se nos ha alimentado de esperanzas de panaceas y soluciones políticas rápidas. Pero es la única manera en que jamás se tendrá que repetir.
Actualmente el mundo está enfermo por la peor enfermedad social de todas. No es el herpes o la sífilis. Es, de hecho, una fe pagana en el Estado. En todo el mundo, los terroristas están actuando delante de varios Gobiernos, a menudo ayudados e instigados por los mismos Gobiernos.
Vamos a avanzar hacia una sociedad libre, paso a paso. Nunca vamos a lograr una sociedad libre en el sentido de que podemos finalizar el proceso. El precio de la libertad es un esfuerzo constante encaminado a lograr el autocontrol y la auto-posesión. No logramos este objetivo controlando a los demás. Nos movemos hacia el logro cuando aprendemos a controlarnos y gobernarnos a nosotros mismos. La libertad es auto-control, no licencia para imponer a los demás.
Me ha tomado toda una vida para aprender esto. Estoy agradecido de que he vivido. Incluso estoy agradecido de que he cometido errores, sin embargo, continuo viviendo por lo que pudo aprender más. El hombre aprende por ensayo y error. Pocos de nosotros aprendemos mucho mediante el éxito.
También estoy agradecido de que algunos ciudadanos de este gran país de América están de acuerdo con al menos algunas de mis conclusiones. Ellos están allí fuera ahora, ocupándose en silencio de sus asuntos, mejorando su propio desempeño, creando sus propias normas, y no imponiéndolas a nadie.
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